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POLÍTICA NORTEAMERICANA HACIA CUBA

POLÍTICA NORTEAMERICANA HACIA CUBA

Laura Rodríguez Fuentes (1)

 

«No ha existido nunca una relación normal entre Estados Unidos y Cuba, y su constante fundamental es la hegemonía vs soberanía», aclaró el joven, pero ya reconocido investigador Elier Ramírez Cañedo, invitado junto al maestro Esteban Morales Domínguez al espacio La Caldera, con quien, además, ha publicado varios libros y artículos relacionados con el tema de las relaciones entre ambos países.

 

 

El término que se debe emplear, más que diferendo, es conflicto», agrega Elier. Diferendo existe entre diferentes países, por cuestiones fronterizas o internacionales, pero este es un conflicto de naturaleza sistémica y va mucho más allá de ese término», aseguró en Santa Clara, al centro de Cuba.

 

Ramírez Cañedo también hizo referencia a que alrededor de la confrontación se ha establecido el mito histórico de que su comienzo data de 1959. Sin embargo, se conoce que la política norteamericana siempre estuvo encaminada a bloquear la independencia de nuestro país, mucho antes de que fuera un estado independiente.

 

Morales, quien ha dedicado gran parte de su vida al estudio de las relaciones entre ambos países, aclaró que no debemos guiarnos únicamente por la coyuntura, sino tener la posibilidad de predecir los futuros comportamientos de la política norteamericana hacia Cuba.

 

«Esto es extraordinariamente difícil, porque los análisis que se hacen parten de la coyuntura», refirió el investigador. «Para nosotros, predecir lo que puede ocurrir con la política norteamericana es una cuestión de vida o muerte. Hay que echar mano de instrumentos que a veces nuestras ciencias sociales no han sido capaces de emplear en el proceso de análisis. Hace falta que no quedemos atrapados por la coyuntura, que tengamos la capacidad de saber el futuro, al menos el relativamente inmediato».

 

El último libro de ambos historiadores De la confrontación a la negociación. La política de Estados Unidos hacia Cuba plantea resultados que prácticamente se adelantan a los acontecimientos gracias a la forma investigativa empleada a partir de un modelo de análisis.

 

De esta forma, llegan a la conclusión de cuáles son los elementos centrales para entender la dinámica futura de las relaciones en cuestión. Al decir del propio Morales, la variable principal es la realidad interna de Cuba y la capacidad que tiene cualquier país para que estas fuerzas enfrenten el fenómeno.

 

«Una vez alguien me dijo que yo estaba pensando como los norteamericanos, y yo le dije que ojalá tuviera esa capacidad, porque la política es como un juego de ajedrez: si usted es capaz de adelantarse a la jugada del contrario, de seguro tendrá una capacidad mayor de triunfar».

 

Morales prosiguió con la explicación de cómo la política norteamericana puede subvertir al país y lograr sus propósitos futuros.

 

También hizo alusión a que la contrarrevolución cubana no existe porque «contrarrevolucionarios son aquellas personas que se oponen a un régimen político, con un programa, una ideología política, o una clase que defender, que combaten por ella y preparan a sus líderes.

 

«Son mercenarios al servicio de una potencia extraña, por eso, se quedaron colgados de la brocha cuando Obama, inteligentemente y valientemente, planteó el cambio de política (...) Ha sido la agenda política más inteligente que ha dirigido un presidente norteamericano. Ante cualquier enemigo tenemos que reconocer su capacidad, para obrar con inteligencia también en función de sus propósitos, si no hacemos eso, estamos muertos».

 

«Tenemos que quitarnos de encima todo lo superfluo, que los precios bajen, que las personas puedan satisfacer sus necesidades...para entonces dar respuesta a las amenazas».

 

«Cuando viajé por primera vez a Estados Unidos en 1977 no se hablaba de Cuba y la información que entraba solo por los canales de la derecha. A mediados de los ochenta, mis artículos y entrevistas salían por la prensa y ya había un amplio intercambio académico, político, religioso, intelectual, entre Cuba y Estados Unidos. Eso trajo como resultado de que imagen de Cuba allá comenzara a cambiar. El 17 de diciembre, Obama tuvo que considerar también un cambio de imagen.

 

«Nosotros hemos librado una batalla política, pero también cultural. La cultura norteamericana no existe porque es una sociedad multipluricultural. Razón por la cual, en un enfrentamiento cultural, Cuba es capaz de ofrecer más capacidades integralmente como país. Obama siempre tuvo la idea de cambiar la política hacia Cuba desde que era senador, pero cuando agarró la presidencia estaba en una circunstancia en la que no podía de manera inmediata hacerlo. Hasta hace muy poco, Cuba no era prioridad en la política norteamericana».

 

«Hay que tomar esta oportunidad y ver cómo salimos, pero nunca perderla», agregó Esteban Morales. «No podemos decir que Estados Unidos no tenga voluntad política de negociar o que ha hecho desaparecer el interés imperial de volver a controlar a Cuba y subvertir su proceso interno. Hay muchos países vigilantes para ver cómo nos tratan a nosotros para ver cómo en el futuro los pueden tratar a ellos».

 

Durante el espacio, los participantes tuvieron la oportunidad de indagar sobre dichas cuestiones y saldar dudas sobre el papel de las masas y la juventud en el proceso. Muchos acordaron en sus intervenciones de que Obama no ha cambiado su estrategia y que resulta necesario mantener el arraigo a la historia y a la nacionalidad cubana que en Guáimaro se defendió.

 

(1)- http://www.vanguardia.cu/cultura/4481-ver-texto-que-no-supe-como-poner-titulo-y-subtititulo

 

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