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Evocación al periodista Pablo

Evocación al periodista Pablo

Aniversario 70 de la caída en combate de Pablo de la Torriente Brau, 1936, defendiendo la España Republicana contra el fascismo.

Por Luis Machado Ordetx

Un tiempo atrás, alguien en tono inquisidor, preguntó cuál era la principal diferencia entre José Martí y Pablo de la Torriente Brau, y en respuesta tonta, tal vez, dije que «ser hombres de su tiempo», donde, en momentos diferentes, la virtud los aferró al pensamiento, para propagar, desde Cuba y hacia el mundo, que la «Patria es humanidad» cuando se batalla a tono con la fiereza de la historia y la confirmación inspiradora de todos.

 

Similitudes entre ambos hay muchas: desde la vocación de cubanía e internacionalismo, hasta la de aunar voluntades y plasmar las realidades de los pueblos con una óptica literaria.

 

En definitiva, desde esa perspectiva, no se alcanza otra cosa que, contar la realidad a partir de la comunidad de intereses y la comunicación entablada con el otro desde la misión creíble y verídica de cualquier episodio histórico reconstruido.

 

Ambos encontraron la muerte en un campo de batalla, no como guerreros, aunque empuñaron las armas, pero eran esencialmente hombres de ideas. Uno vino a coronar la Guerra Necesaria, mientras el otro defendía la huella y el derecho de existencia de la República Española contra el fascismo internacional.

  La muerte los azotó a edades tempranas entre el humo y la pólvora. Sin embargo, antes dejaron una presencia literaria y periodística que, al paso de las épocas, hace latir en ejemplaridad creativa y en eticidad profesional, pues, desde muchas publicaciones, sostuvieron sus plumas en ristre para recrear la historia de sus tiempos.

Hoy,  es 19 de diciembre, y un sábado de similar fecha, pero de 1936, en las cercanías del caserío de Romanillos, próximo al camino de Madajahonda,  Pablo, el portorriqueño-cubano, el comisario político del primer batallón Móvil de Choque, cayó al alba.

 

Cuando el combatiente español Justino Frutos Redondo, junto a otros compañeros, rescató el cadáver, casi al amanecer del día, encontró documentos, unos concluidos y otros por terminar, que mezclados con tierra bañada de sangre, pertenecían a la cartera de cuero donde el internacionalista guardaba crónicas y reportajes confeccionados al fragor de la guerra.

 

El periodismo escrito, y hasta el epistolario íntimo, muestran a Pablo, al igual que Martí, como los paradigmas del compromiso del soldado-escritor con su pueblo.

 

Pablo de la Torriente Brau se erige como un adelantado del periodismo crítico, militante y creador, capaz de fusionar realidad e imaginación solo con aquellos hechos capaces de reconstruirse a partir de una experiencia vital anterior, de ahí la carga testimonial de sus reportajes investigativos, de las crónicas o de los artículos aparecidos en Ahora, El Mundo, Bohemia, New Masses y El Machete, por citar algunas de las fuentes que enriquecieron la estética vanguardista de ese creador.

 

La vida de los testigos, las historias orales recogidas en la memoria o en los apuntes, el compromiso con los informantes, el humor y la risa del cubano, las estructuras gramaticales y composicionales de lo que hoy denominamos géneros periodísticos, la visión original de los hechos, la veracidad, la sugerencia y la interpretación de los textos, así como la identidad y la cultura de un pueblo, de un modo u otro, están contenidos en los principales aporte que, para el periodismo latinoamericano y universal, legó Pablo de la Torriente Brau desde su tiempo para la actualidad.

 Con Pablo, los testigos de las historias se convierten en actores de carne y hueso, con perfiles sicológicos, donde periodismo y literatura, desde una dimensión original, se dan la mano, para que, como un reloj, el mensaje original llegue e interese a todos, tal como exigió Martí, en tiempos en que la urgencia confirma la necesidad de un solo compromiso, ese que se defiende con el pueblo que construye su realidad histórica frente a los más adversos obstáculos arriben al camino. 

 

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