LA HABANA EN MÚSICA
Por Luis Machado Ordetx
Sencillamente, “Kool & The Gang” llegó a La Habana y atrajo al público cubano que se congregó en la Tribuna Antiimperialista “José Martí”, justo en los aires del Malecón capitalino; muchos de los asistentes a ese concierto de la tarde del domingo último —primero que una banda de música de Estados Unidos hace en los últimos cinco años—, son mis coetáneos; hombres que ya frisan medio siglo de vida y que por allá, por los años 80 del siglo que escapó, disfrutamos a hurtadillas de las melodías más significativas en los registros disco y funk que estructuraba esta agrupación.
Digo a hurtadillas ese disfrute, porque éramos entonces jóvenes universitarios que en su mayoría burlábamos aquellas exigencias institucionales que prohibían el cabello largo; el idioma inglés y su música, así como el empleo de jeans “vaqueros” en el vestuario.
Los acetatos de esta banda, y otras como Rolling Stone, Who, Rare Earth (“I just want to celebrate; “I Know I am losing you” y “Gat ready”), así como los timbres inconfundibles de Blood Sweat & Tear, y su voz lider Clayton Thomas, Lep Zeppelín, Joplin, Supertramp, Chicago, Forever, Tears for Tears, Earld. Wind and Fire o Ray Charles, hacían furor en aquellos tiempos; escuchados y disfrutados a escondidas; en pequeños grupos juveniles, para no levantar sospechas de esa manera sana de divertirnos en medio de estudios universitarios. http://www.cubadebate.cu/fotorreportajes/2009/12/20/kool-and-the-gang-hace-bailar-a-miles-cubanos-tribuna-antimperialista/
A veces los acetatos “entrados” a Cuba por “amigos” que tenían la posibilidad de viajar al extranjero; incluso aquellos que podían grabar las emisiones en onda corta provenientes del sur de la Florida, pasaban de mano en mano; y de oído en oído; luego venían los comentarios entre todos.
Aquellos sonidos fuertes, provenientes de ritmos de la música hecha por afronorteamericanos y bandas musicales que asimilaban las mejores herencias del jazz y el Rithms and Blues, eran como una herejía; por eso aplaudo a quienes de mi generación y otras más jóvenes se sumaron al multitudinario concierto sin que importaran las bajas temperaturas; los horarios de la tarde, el castigo del sol, que por estos días azota a mi Isla del Caribe.
Allá fue mi amigo José de la Caridad Reyes Linares, economista y ferviente seguidor de Kool & the Gang, del soul, funk y la música disco; desde entonces, amante de aquella época en que Maurice White imponía los patrones con su modo de cantar, bailar y tocar su “Calimba” en Earld. Wind and Fire, hasta el gusto por la buena y antológica herencia sonora; el hombre no cesa de recordar aquel histórico pasado lleno de leyendas de un estilo inconfundible para cualquier época.
El aplauso mayor para aquellos que se congregaron en la Tribuna Antiimperialista al amparo de una banda musical formada en Nueva Jersy en 1964; continuadora de un estilo y una época que no se apaga en la memoria de todos; y la alegría desplegada por "Jungle Boogie" y "Hollywood Swinging", no se hizo esperar; allí estaba Kool & The Gang, como recordando una época que abrió en 2005 la banda Audioslave, camino a la apertura y las posibilidades de intercambio cultural, artístico entre Estados Unidos y Cuba.
El arte no tiene fronteras; eso está más que demostrado, y las barreras que las administraciones norteamericanas imponen de continuo desde hace medio siglo para impedir ese intercambio; por supuesto, ya comienzan a caer; es un mandamiento de nuestro tiempo, y también de otros anteriores o posteriores en la historia: “La música trasciende todas las barreras de la humanidad".
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