BÉISBOL EN CARICATURAS
Por Luis Machado Ordetx
¡Pedro se la comió!, así dijo un apasionado del béisbol cuando apreció las innumerables caricaturas que ese artista de la plástica hizo a partir del pasado martes 23 de marzo cuando en el estadio Sandino, en Santa Clara, comenzó la play off final por el título del Campeonato Nacional 2010 entre las huestes de Industriales y Villa Clara.
Sólo atiné a comentarle: El amigo Méndez Suárez, fundador y director del mensuario humorístico Melaíto, es de esos colegas que lleva en la sangre, como todo excelente cubano, una pasión que convierte al béisbol en delirio de multitudes, en idiosincrasia y cubanía.
Tal vez el artista, rememorara sus atrevimientos como jugador en tiempos de infancia durante la seudorepública, cuando con un bate de majagua y una pelota confeccionada con trapos inservibles, se debatía en medio de un potrero campestre allá en las cercanías de La Ceja, en el poblado de Placetas, donde nació.
Ahora los años lo llevan a la fogosidad del espectáculo, ora en un estadio, ora frente a la televisión, ora ante las emisiones radiales; pero lo cierto es que por estos días, la esencia beisbolera corre por sus ágiles manos en la elaboración estética del detalle y de las cualidades del rostro humano que disputa la parcialidad industrialista —con el león por condición—, y la naranja que identifica a los villaclareños.
Esa interminable captación del detalle por medio del humor gráfico de cuánto trascurre actualmente por las calles o plazas de esta central provincia cubana, y hasta de las prolongaciones en otras partes del país o del mundo, de un modo u otro tuvo sus inicios a finales de la octava década del siglo XIX en tres importantes periódicos surgidos en San Juan de los Remedios.
Los rotativos demostraron la estimación y la afición por el juego de béisbol entre los iniciales pobladores cubanos, y sus continuadores prolongan una estimación. Aquellos periódicos de la denominada Octava Villa de Cuba fundada por el Adelantado Diego Velásquez, duraron muy poco tiempo en sus ininterrumpidas salidas mensuales: El Catcher (1886-1887), El Pitcher (1887) y El Umpire (1887), así lo refiere el historiador Fortín y Foyo en La Prensa en Remedios y su Jurisdicción, un antológico libro publicado en 1925.
Ninguna localidad de Cuba describe anales de publicaciones periódicas con similares características destinadas a resaltar los hechos deportivos que desde entonces acontecían con un ímpetu desbordable entre parciales de uno u otro bando en la puja por un partido.
Ahí, en algunas de esas páginas, todavía conservadas en el Archivo Histórico de Remedios, están contenidas caricaturas concebidas por “humoristas” gráficos y también literatos que glosaban, por medio del grabado, la línea o la palabra escrita, cuánto hecho inusitado trascurría en el terreno deportivo.
Loable idea de Méndez Suárez la de impregnar el rostro humano, desde la perspectiva de la jocosidad y el humor chispeante; esa es la pugna que ahora desde el estadio Sandino debaten el “León” azul, de Industriales, caracterizados desde una aparente serenidad e infinita frialdad, frente a las huestes “Naranjas”, de Villa Clara, prodigadas por un efectivo y alegre movimiento dentro del terreno de juego.
Puede, creo intuirlo, que la idea del caricaturista villaclareño por crear una galería “propia” con las jocosidades que impone el béisbol y hacerla expresiva a través del ciberespacio, surgió en julio pasado cuando en la Casa de la Ciudad, y en ocasión del aniversario 320 de la fundación de Santa Clara, inauguró, junto a su hijo Janler Méndez Castillo —también artista de la plástica—, la tradicional exposición A-Tendiendo a Personalidades.
En esa ocasión, entre los 25 intelectuales, profesionales y personalidades cubanas vinculadas de una manera u otra con Santa Clara, apareció un rostro fácilmente inidentificable por estos días: Eduardo Martín Saura, actual director del equipo de béisbol de Villa Clara, un hombre que por su inteligencia y sagacidad deportiva, consiguió desde la óptica de los humoristas un “ajuste” de cuentas para ser caricaturizado.
De hecho, y por derecho, el estelar torpedero cubano Germán Mesa, director técnico de los Industriales, y también Roger Machado, mentor de Ciego de Ávila, así como Antonio Pacheco, de las “Avispas” de Santiago de Cuba —dos de los equipos que quedaron al campo en la justa por la finalísima del béisbol cubano—, cuentan ya con bocetos perfilados desde el punto de vista artístico para integrar una nueva “galería” en la sui géneris exposición de caricaturas.
Los Méndez —Pedro y Janler—, lo saben y de seguro no perderán la ocasión de atrapar el mayor pasatiempo nacional, el béisbol, desde el ángulo que derrocha jocosidad y chispa dentro de una desbordante del humorismo nacional.
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