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CHE, HOMBRE AL NATURAL

CHE, HOMBRE AL NATURAL

Por Luis Machado Ordetx

 

Dice Jorge Luis Borges que «[...] De los diversos instrumentos del hombre, el más asombroso es, sin duda el libro [...], entendido como extensión de la memoria y la imaginación, (sitio en el cual) la palabra [...] oral tiene algo de alado, de liviano; alado y sagrado, como dijo Platón», y no se equivocó cuando cualquier lector se sumerge en las páginas de Cerca del Che, escrito por José Antonio Fulgueiras Domínguez [Sagua la Grande, 1952], perteneciente al sello Editora Política, 2008.


De ahí que sea de esos libros concebidos para encontrar felicidad y sabiduría, en la voz de los testimoniantes;  25 opiniones excelentemente estructuradas, sin que ninguna reitere puntos de vista coincidentes, a las cuales se  llega a nosotros por medio de Fulgueiras, quien desde la confesión voluntaria de combatientes anónimos sumados a la columna número 8 Ciro Redondo, reconstruye e hilvana instantes significativos, trascendentes e intrascendentes, del Che; hombre tomado aquí, al tamaño natural, sin desproporción, y ese hecho singular otorga veracidad a la radiografía que hacen los subordinados.


El escritor sabe que en todo trabajo periodístico hay investigación, y Marta Rojas en el prólogo, confesó que se  «[...] logra amar una imagen del Che si no inédita, sí verdaderamente atractiva del héroe y del ser humano natural», desprovisto de tautologías y superficialidades que, en esencia, de agregarse, desvirtuarían la estatura del hombre, del amigo, del guerrillero.


El tejido franco, ameno, desenvuelto, sentencioso y de recreo de la naturaleza, y también del paisaje, alcanzado por el estilo discursivo de Fulgueiras, penetra en la lección ética de lo narrado; de la historia en que se desenvuelven unos protagonistas dispuestos a ofrecer una dimensión diferente del Che, un esclarecimiento, un dato y una precisión.


Los testimonios pertenecen a hombres humildes, muchos semianalfabetos en los instantes en que se incorporaron a la guerrilla en la Sierra Maestra o en el tránsito hasta el macizo montañoso de Guamuhaya. Muchos de esos sencillos hombres, algunos entre los 140 fundadores de la Columna número 8 Ciro Redondo, quedaron marcados por una anécdota, un gesto, una solidaridad, un estímulo o una crítica formulada por el Che durante  el transcurso de la guerra; otros, por la negrura de la piel, estuvieron entre los 250 combatientes que integraron el contingente de internacionalistas que lo acompañó en la gesta africana del Congo.


Nada desperdicia el autor en defensa de la veracidad y la historia de lo que narran sus testigos; y las anécdotas relacionadas con el filoso tono humorístico, el humanismo, el aliento combativo y el ejemplo del Che, manan de continuo en cada una de las páginas del libro; sucesos que detallan en originalidad y extensión sobre la estatura justa y legendaria del jefe guerrillero.  


Son los testimoniantes quienes retratan al Che, esclarecen lo conocido o no, polemizan y corrigen aspectos tergiversados más allá de la realidad histórica; punto este que ajusta precisiones ceñidas a la verdad, según la narración de los actores protagónicos o anónimos en aquellos sucesos violentos de antes y después de concluir 1958.


 Cerca del Che, con su carga narrativa y dramática en la composición de los testimonios, obliga, por supuesto, a fijar el reencuentro entre el periodismo y la literatura, a prestar atención a la explicación inmediata del detalle, de la metáfora, para conmovernos, desde la perspectiva del lector, con la historia del pasado y el presente; instante en que se forja el progreso de la humanidad.


 

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