PALABRAS DE AGRADECIMIENTO
Por Luis Machado Ordetx, autor de
Kilates del Testigo, Editorial Capiro
André Malraux llamó a los periodistas «Historiadores del Instante».
Todos reconocemos convergencias innegables entre los oficios del literato, el periodista y el historiador para «esclarecer», desde sus respectivas vías, las posibilidades y alcances de un misterio de qué sucedió en un momento o un instante, cuando, aún las circunstancias, no existe un hecho histórico seguro, dado el argumento ex-silentio de la fuente oral o documental.
La trascendencia e intencionalidad de ese hecho, el escudriñar en zonas no exploradas del pasado, la existencia de un testigo de excepción el declamador villaclareño Severo Bernal Ruizpermite, como puente entre generaciones de coterráneos de la primera mitad del siglo pasado, explicar los alcances del presente en el terreno cultural de una región a la que, por obligación geográfica e institucional, precisó de la asistencia de los más importantes intelectuales cubanos del siglo pasado.
No todos los días un archivo de magnitudes significativas se abre para aportar documentos a la historia de la Cultura Cubana en una dimensión factográfica, oral y contrastada.
De ahí que no intento recrear la memoria histórica, sino crearla, al descubrir aquello que pasó y no se conoce desde los límites de la relatividad de la verdad y la honestidad ética ante esa verdad, de manera que se convierta en parte insustituible de la memoria que descorremos.
He dicho que no soy historiador, aunque acudan rastros de esas ciencias auxiliares, de la literatura y el periodismo. Desde esta última posición escudriño en lo desconocido, animado en no olvidar el esplendor cultural que hombres, mujeres e instituciones cimentaron para el presente.
Kilates del Testigo, Editorial Capiro
André Malraux llamó a los periodistas «Historiadores del Instante».
Todos reconocemos convergencias innegables entre los oficios del literato, el periodista y el historiador para «esclarecer», desde sus respectivas vías, las posibilidades y alcances de un misterio de qué sucedió en un momento o un instante, cuando, aún las circunstancias, no existe un hecho histórico seguro, dado el argumento ex-silentio de la fuente oral o documental.
La trascendencia e intencionalidad de ese hecho, el escudriñar en zonas no exploradas del pasado, la existencia de un testigo de excepción el declamador villaclareño Severo Bernal Ruizpermite, como puente entre generaciones de coterráneos de la primera mitad del siglo pasado, explicar los alcances del presente en el terreno cultural de una región a la que, por obligación geográfica e institucional, precisó de la asistencia de los más importantes intelectuales cubanos del siglo pasado.
No todos los días un archivo de magnitudes significativas se abre para aportar documentos a la historia de la Cultura Cubana en una dimensión factográfica, oral y contrastada.
De ahí que no intento recrear la memoria histórica, sino crearla, al descubrir aquello que pasó y no se conoce desde los límites de la relatividad de la verdad y la honestidad ética ante esa verdad, de manera que se convierta en parte insustituible de la memoria que descorremos.
He dicho que no soy historiador, aunque acudan rastros de esas ciencias auxiliares, de la literatura y el periodismo. Desde esta última posición escudriño en lo desconocido, animado en no olvidar el esplendor cultural que hombres, mujeres e instituciones cimentaron para el presente.
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