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SANTA CLARA DESEMPOLVA ARCHIVOS (9)

SANTA CLARA DESEMPOLVA ARCHIVOS (9)

Por Luis Machado Ordetx

Jícaras de coco “guarnecidas por barillas de plata”, instan al deleite por el chocolate, dice Manuel Dionisio González al paso de 23 años de fundada  en 1689 la villa de Santa Clara. La región central cubana se erigió como la primera que fomentó el cacao, y también degustó las bondades de un fruto elaborado en la rusticidad de familias asentadas en los dominios de Pedro Barba, una zona agrícola en el actual Cabaiguán.

Desde su origen  integró parte de las 87 haciendas que, en dirección al sureste, tuvo la Jurisdicción de San Juan de los Remedios. Estaba  ubicada a diez leguas de distancia de ese caserío.

José A. Martínez-Fortún y Foyo asegura que el ingeniero militar malagüeño Estratón Bausá trazó en 1836 un “Croquis itinerario del camino de rueda desde la Villa de San Juan de los Remedios al Santo Espíritu”, y declaró las distancias entre un punto y otro a «23 leguas provenzales de longitud, y que en épocas de lluvias a veces era impracticable su transitar».

Casi a mitad de ruta se localiza el «Remate de Pedro Barva, (perteneciente a)   M. Eulalia; Bme García, Juan Bta Ximénez, Gertrudis de Armas, Pablo Muxica, Ana Muxica.» Hay referencias exactas que en 1540 aparecen las primeras plantas de cacao en la finca “Mi Cuba”, patrimonio de esa hacienda. Las simientes tardaron en llegar 118 años a Baracoa, avalada como la meca actual del cultivo.

¿Cómo surgieron en Pedro Barba esos sembrados? ¿Quién trajo las semillas? Unos apelan a las oleadas de españoles asentados en esas tierras; otros a los flujos migratorios de franceses. Creo más en quienes apuestan por los colonizadores. Enrolaría en la historia a Vasco Porcallo de Figueroa, quien en 1520 se alistó con Pánfilo de Narváez y fue a México en auxilio de Hernán Cortés para la conquista de Nueva España y Guatemala. Luego, “gordo y de avanzada edad”, estuvo en La Florida con Hernando de Soto, y en 1538 era el principal hacendado de las jurisdicciones de Remedios, Sancti Spíritus y Trinidad.

Tal vez el deslumbramiento que tuvo Cortés por las semillas y efusiones del  cacao que exhibió Moctezuma, alentaran la “avaricia desmedida” del intrépido Porcallo de Figueroa. Es una especulación; no muy errada por las fechas en que regresó y la propagación que tuvo el cultivo en sus dominios patriarcales. Muchos de sus seguidores, al retorno de Centroamérica donde ya se conocía de las delicias de los cacaotales, hacen solicitudes de merced de tierras con el propósito de asumir la agricultura y la ganadería.

Luis López de Oviedo —hermano del alguacil mayor de la Villa de Sancti Spíritus— va al hato de Pedro Barba; Salvador Hernández Portal y Pedro Riveros “pugnan” por la posesión del Mamey, mientras el capitán Diego de Coloma, se adjudica las haciendas "Santa Cruz, Llaguajay y Mallajigua", sustenta Martínez-Fortún.

Nadie duda que ahí esté el “ombligo inicial” de la ruta del cacao. En menos de una década el cultivo se trasladó al Cacahual de Pozas, en Yaguajay; también a Sancti Spíritus, Trinidad y Santa Clara. El Diccionario Biográfico Remediano es explícito: en 1766 Pedro Antonio Pérez de Alexos tenía en su hacienda Buena Vista —delimitada por Weibas, Mamey, Pedro Barba y Guanijibe— unas 160 matas de cacao, y su fruto era propagado en Remedios, Sagua la Grande, Santa Clara y otras partes de Cuba.

Esas áreas de bosques y de prosperidad agrícola fueron territorios de Remedios hasta que establecieron 1678 un deslinde con Sancti Spíritus. No obstante, al primero le quedó la mitad del hato de Pedro Barba. Después, en 1696 se originó otra partición con Santa Clara, y les correspondió Güeiba, Yagüey, Ojo de Agua del Potrico, y los sitios de Meneses, Mayajigua y Alumao, según refrendan los Anales y Efemérides de San Juan de los Remedios y su Jurisdicción.

Abiel Abbot, el reverendo norteamericano, en 1828 durante un recorrido por el occidente de Cuba, menciona a San Juan de los Remedios como  productor de cacao. Incluso, cuatro años después la Junta de Fomento de la Isla de Cuba dictó una Real Orden para propagar cacaotales a todas las regiones. Las semillas serían originales de la Octava Villa o en su defecto aquellas traídas de Costa Firme. El tópico se retomará con mayor fuerza en 1849.

El Censo Estadístico de la Siempre Fiel Isla de Cuba (1829), informa que existen 60 cacaotales o cacahuales: 2 en el Occidente (La Hababa), y 54 en el Centro. A Remedios lo incluyen con 41, y 13 a Sancti Spíritus. En el Oriente solo hay 4 situados en Santiago de Cuba y Baracoa. La fuente precisa cosechas de 23 806 arrobas en dos recolecciones anuales. También registran exportaciones.

Martínez-Fortún incorpora en un artículo de J.M. Pérez —historiador espirituano— que dice: «Al medio día se solía hacer visitas que se avisaban con anticipación y en las que se obsequiaban con chocolate acompañado de rosquitas, pan de huevo y dulce de guayaba, naranja o limón

Al abordar las características de Remedios en “Las costumbres de Cuba en 1800”, particulariza que: «(…) El almuerzo se hacía a las ocho de la mañana, se comía a las doce, se dormía la siesta hasta las tres en que se tomaba un poco de café, por la noche tomaban chocolate, pan y se acostaban muy temprano para levantarse al amanecer. En el campo se levantaban más temprano aún y tomaban un poco de chocolate o café. A las ocho carne de puerco, plátanos fritos, chocolate de maíz (maíz tostado con azúcar y canela). A las doce comían ajiaco y arroz y por la noche chocolate y pan…»

Por esa fecha el viajero John. G. Wurdemann, quien transitó desde el occidente hasta Sagua la Grande, afirmó que «el cacao rinde mucho.» Jacobo de la Pezuela en su Diccionario geográfico, estadístico, histórico de la Isla de Cuba (1863) cita la profusión de cacaotales en Remedios, Güeiba, Yaguajay o Mayajigua. También Francisco Javier Balmaseda da a conocer sus Tesoro del Agricultor Cubano (1884), y en uno de esos textos incorpora un Método para el cultivo del cacao, escrito por D. C. Martínez Ribon, muy divulgado por entonces en la Sociedad La Tertulia de Remedios.

¿Las fábricas cuándo vinieron? Surgieron en la medida que las producciones aumentaron y la bebida se convirtió en hábito. Martínez-Fortún destaca que en 1861 «El Licenciado D. Francisco Jiménez Álvarez y D. Juan Antonio Domínguez se quejan de las molestias que le ocasionan la máquina de fabricar chocolate de Agustín Villa y Hnos, primera de su tipo en la jurisdicción.» Todo tienen que ver, tal vez, con  más de mil 500 aromas que emanan del proceso de elaboración del fruto. Un lustro después  Augusto Fisne solicita «establecer una fábrica de chocolate al vapor en la calle Jesús Nazareno», y al paso de otros dos años la sociedad “Rodríguez y Hnos” instala otra homóloga en la calle Soledad y Gutiérrez.

En 1866 Francisco López inaugura el café-dulcería-restaurante “El Louvre”, y el chocolate  con leche caliente es privilegio de los parroquianos de Remedios. En la Historia de la Villa de Sagua la Grande y su Jurisdicción (1905), Alcover y Beltrán detalla que en 1889 durante la Feria-Exposición por el segundo centenario de la Fundación de Santa Clara, la firma “Urroz y Oyarzún”, fabricantes de chocolate en barra de “La Flor Cubana”, obtienen medalla de oro en ese certamen cultural.

Similar instalación industrial hay en Santa Clara por esa fecha, lo afirma el historiador Florentino Martínez. En la cuarta década del pasado siglo hubo producciones de cacao consignadas a Yaguajay, Quemado de Güines, Encrucijada, Santa Clara y Cienfuegos. La aniquilación del cultivo, aseguran algunos estudiosos, está determinada, entre otras causas: por la explosión de la agricultura cañera, la erosión de los suelos, la tala de los bosques y hasta por los cambios climáticos.

La serranía del oriente cubano tiene ahora la primacía cacaotera. Desde Rincón Naranjo, en el Escambray, persisten pretensiones de reconquistar la cultura de aquellos frutos y semillas que cautivaron a Hernán Cortés en México y fueron introducidos en una hacienda sureste de San Juan de los Remedios, en el centro cubano.


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