VIOLENCIA EN EL BÉSBOL... ¿REGLA O EXCEPCIÓN?
Por Greta Espinosa Clemente
Que si fue out, que si quieto, que si Iday se sobrepasó…lo cierto es que el Sandino se transformó en arena de gladiadores este domingo, durante el quinto juego de la semifinal Villa Clara- Cienfuegos.
El hecho, harto penoso, confirma una vez más que lejos de ser una excepción, la violencia en el béisbol cubano se ha convertido en una triste regla, junto a las equivocadas decisiones arbitrales.
Y es que una cosa lleva a la otra, un árbitro falla erróneamente, y sobreviene una ola de improperios verbales y físicos, delante de toda una afición, de la cual, me considero parte.
Este domingo en el Sandino el comportamiento de la selección de béisbol de Cienfuegos, encabezada por su manager Iday Abreu y su coach de tercera Bárbaro Marín, sobrepasó los límites del respeto.
Fue el noveno ining momento clímax del desacato a las normas de la pelota cubana, cuando el juez de tercera base dictaminó injustamente un OUT a Lázaro Rodríguez en el intento de robo de esa posición.
El hecho pasó, el juego acabó, Villa Clara superó cuatro carreras por tres a los elefantes, y aclaro que esta victoria se debió al corrido y bateo de sus jugadores, y no a la controvertida decisión de Osvaldo de Paula.
Percibir sucesos como este en cada serie regular y PLAY OFF ya deviene costumbre, incluso hay quienes se asombran cuando han pasado algún juego sin ofensas, intento de agresión o falta de respeto entre jugadores, árbitros y hasta aficionados que olvidan que se trata de un juego de pelota, y no de una vulgar riña de barrio.
Me pregunto, ¿por qué tan recurrentes los actos violentos en nuestro béisbol?, dónde queda el accionar de las máximas instancias de este deporte ante tales desatinos, que no son de novedad alguna, por el contrario, existe toda una historia de enfrentamientos ajenos al propio juego de pelota.
¿Marcada permisividad por parte de la Dirección Nacional de Béisbol?¿Precedentes impunes? ¿O serán ambas las causas del boxeo por cuenta propia que tiene espacio en el beisbol, como diría en días recientes el colega Normando Hernández al presenciar uno de estos hechos lamentables?
Quizás anteriores faltas, más graves incluso, han incentivado la beligerancia en el terreno, y cito uno de los ejemplos más polémicos, acontecido en la pasada serie nacional, cuando Víctor Mesa agredió al árbitro Omar Peralta durante un juego entre Matanzas e Isla de la Juventud, y le arrojó, literalmente, arena en el rostro.
Califico de verdadera pasada de manos la sanción hacia Mesa por parte de la Dirección Nacional de Beisbol en esa ocasión, al suspenderlo por solo cinco juegos de aquella campaña y no proferirle un correctivo acorde a la magnitud de tal falta de respeto.
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