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PADURA, CERCADO EN SANTA CLARA

PADURA, CERCADO EN SANTA CLARA

Carlos Alejandro Rodríguez Martínez (1)

 

Este lunes Santa Clara recibió a uno de los escritores cubanos más prolíferos y leídos. Leonardo Padura Fuentes, el flamante Premio Princesa de Asturias 2015, llegó a la ciudad en medio del festejo por los 25 años de la Editorial Capiro. Mientras él rindió homenaje a la casa editora villaclareña, la casa editora lo agasajó a él con la presentación del volumen (A)cercando a Leonardo Padura, del ensayista José Antonio Michelena.

 

De esta forma, Capiro presentó a los lectores cubanos el primer acercamiento crítico publicado en la Isla sobre la obra del autor de El hombre que amaba los perros. A su vez, Michelena aseguró ante numerosos autores y amantes de la literatura reunidos en la sede provincial de la Unión Nacional de Escritores y Artistas (Uneac) de Villa Clara que resulta «un placer estar en el catálogo de Capiro. Me alegra mucho que el libro comience a circular en la ciudad de la editorial que lo acogió», agregó el investigador.

 

Tanto la Uneac como el Centro Provincial del Libro y la Literatura entregaron numerosos reconocimientos a Padura en esta ocasión. Jorge Luis Rodríguez Reyes, director de la Editorial Sed de Belleza, resaltó que el insigne autor incumple «el estigma esgrimido» contra los escritores cubanos, supuestamente incapaces de publicar en circuitos internacionales. «Padura —apuntó Rodríguez Reyes— lo ha logrado con creces, y no ha tenido que venderse ni rebajar el nivel literario, y si ha entrado en meandros colindantes con lo político (...) lo ha hecho ofreciendo su punto de vista honesto (...)».

 

Por su parte, el también emblemático periodista, aseguró que el Premio Princesa de Asturias reconoce el esfuerzo de muchos años de trabajo en los que ha luchado por alcanzar sus mejores valores expresivos. «Este premio —dijo— también es un reconocimiento a la literatura cubana escrita en Cuba. Que el jurado haya mirado hacia la obra de un autor cubano residente en Cuba, que haya mirado a la literatura cubana (...), nos debería llenar de satisfacción a todos».

 

Preguntas ocasionales / Respuestas oportunas

 

—¿El escenario cubano ha sido más favorable o menos favorable para escribir novelas policíacas?

 

—Escribir novelas policíacas en Cuba es complicado, primero porque históricamente yo comencé a escribir cuando la novela policial se había dogmatizado al extremo; es decir, se había convertido en una novela que reflejaba una realidad prácticamente inexistente, una realidad deseada más que existente. Y yo tuve que imponerme y romper determinados códigos que se habían ido creando a lo largo de muchos años. Eso, al principio, resultó extraño para algunas personas, incluso inapropiado. No era el tipo de novela policial que se pretendía escribir.

 

«Por otra parte, el hecho de que la sociedad cubana no se caracterice por ser especialmente violenta hace que uno tenga que aguzar mucho la mirada para encontrar los motivos que pueden desencadenar la novela policial. En países como Colombia y México —por ejemplo—, con todo el tema de la violencia y el narcotráfico, te encuentras el sustrato para la historia todos los días en las noticias de los periódicos. En Cuba, en cambio, necesitas hacer una elaboración literaria mucho mayor, y eso puede ser un problema. Pero para mí ha sido un acicate, pues justamente he tratado de encontrar el desarrollo de una posible novela policial cubana desde la propia literatura».

 

—También eres un reconocido periodista. ¿Ya dejaste atrás ese oficio?

 

—No he dejado de hacer periodismo. Trabajé 15 años como periodista profesional en el Caimán Barbudo y después en Juventud Rebelde y en La Gaceta de Cuba. Además, llevo 20 años colaborando con la agencia de prensa IPS, donde siempre publico una o dos crónicas mensuales. Mantengo colaboraciones con muchos medios porque me gusta hacer periodismo. Yo sigo siendo periodista.

 

—¿Y hasta dónde te ha servido el periodismo que has escrito en Cuba?

 

—El periodismo es una primera manera de acercarme a la realidad de Cuba. Trato de entenderla, de explicármela, de decodificarla para un lector que me impone un ejercicio adicional. Como muchas veces mis trabajos no circulan directamente en Cuba, tengo la necesidad de hacer comprensibles para un lector no cubano determinados códigos muy propios de nuestra realidad nacional. Por lo tanto, esto me enseña a entender cuáles son los movimientos, las esencias, las permanencias, las ganancias o las pérdidas de la Isla a través del ejercicio periodístico.

 

(1)- http://www.vanguardia.cu/cultura/4780-padura-cercado-en-santa-clara

 

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