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BUCK CANELL EN SANTA CLARA

BUCK CANELL EN SANTA CLARA

Por Luis Machado Ordetx

El ex-slugging de Grandes Ligas, el prolífero Roy Campanella, a principios de febrero de 1969 provocó que Cruces fuera foco de atención de cronistas cubanos y extranjeros.

La declaración de la muerte ¿repentina? de Martín Marcelo Dihigo Llano, el Inmortal, residente en esa municipalidad villareña, atrajo disímiles comentarios a partir de lo expuesto por la France Press en esa época.

Miguel Ángel Pérez Cuéllar, redactor-fundador de Vanguardia, fue de los primeros en llegar hasta la residencia del excepcional jugador de la pelota cubana. Tamaña sorpresa: lo encontró junto a su esposa, en la vivienda de la calle Pepe Alemán número 308, y en su entrevista el periodista de Esperanza lo presentó al mundo deseoso aún de vivir.

Los rumores se disiparon gracias también a los apuntes radiales que dejó en CMHW el narrador Héctor Lino Alomá Fontanills. Allí Pérez Cuéllar interrogó a Dihigo:

«—Sabe usted, hemos venido porque hubo rumores de que…

«—Si, ya sé, de que había fallecido. Imagínese que he recibido hasta telegramas. Pero de eso ¡nada! Pienso vivir, por lo menos, hasta el año 1978», declaró el pelotero.

Los rumores del deceso disipado, de cierta manera, incitaron a que Buck Canell, cronista argentino-cubano-estadounidense, solicitara un permiso especial para viajar a La Habana con el propósito de conocer a Dihigo.

En la última semana de mayo de 1969 se cumplió el anhelo del más completo y enciclopedista de los narradores deportivos de Grandes Ligas. La llegada a Santa Clara se verificó el jueves 29 de mayo al visitar las instalaciones del estadio Augusto César Sandino, el área del “Eduardo García”, y el CV-Deportivo, así como la Universidad Central Marta Abreu de Las Villas.

En la tarde-noche de ese día estuvo junto con periodistas-tipógrafos de Vanguardia, y dialogó en el taller de composición con integrantes del órgano de prensa.

Por unas horas Canell es huésped de todos. Tiene de guías a Pérez Cuéllar y Alomá Fontanills. Son sus acompañantes hasta Cruces para un diálogo momentáneo con Dihigo, un recio pelotero que con 62 años, 6 pies 2 pulgadas de estatura y casi 200 libras de peso, mostró una jovialidad asombrosa.

En la provincia todavía se percibía la euforia del primer campeonato conquistado por un equipo del centro del país, el Azucareros, ganador de la 8va  Serie Nacional, momento en el cual el narrador foráneo satisfizo su infinita curiosidad y partió a los Estados Unidos con uno de sus mayores anhelos: fundirse en un abrazo con Dihigo, el Inmortal.

Cierto es que Vanguardia fue el único diario cubano que recorrió el versátil narrador de la pelota profesional durante el corto periplo por Cuba. No obstante, en la Bohemia del viernes 30 de mayo de 1969 (año 61, número 22, página 54), aparece una fotografía con el titular:

«Buck Canell en Bohemia», y por pie de imagen reza que «El destacado comentarista Buck Canell, que se encuentra en nuestra patria, visitó la redacción de BOHEMIA, siendo atendido por nuestro director, Enrique de la Osa, y el responsable de la sección deportiva, Ciro Pérez. Canell manifestó que el objetivo de su visita era conocer el movimiento deportivo cubano».

Apenas unos días antes de aquel encuentro de los periodistas cubanos y el propagador oral del béisbol de Grandes Ligas, aquí en Santa Clara, durante la inauguración del sexto desafío de la II Serie de las Estrellas entre Occidentales y Centrales, según la edición de Vanguardia del miércoles 14 de mayo de 1969, el público congregado en el estadio Sandino aplaudió cuando Dihigo hizo el primer lanzamiento y dejó inaugurado el desafío.

Cuenta un reporte de nuestro rotativo, escrito por Pérez Cuéllar, que José Antonio Huelga, lanzador-abridor de los orientales, le solicitó al estelar jugador, y el ídolo de Cidra-Matanzas-Cruces-Cuba, le respondió:

«—¡No!..., esta me la llevo para la casa. Es la última que acaricio frente al público.

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