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FANFARRIAS POR GARCÍA CATURLA

FANFARRIAS POR GARCÍA CATURLA

Un letargo indefinido para su reapertura, luego de las averías que provocaron en la construcción del Hotel Camino del Príncipe, sufre el Museo-Casa Alejandro García Caturla. Nadie en Remedios, o cualquier parte de Cuba y el mundo comprenderá porqué tantas intervenciones en la cubierta de ese inmueble Patrimonio Nacional no tienen la más efectiva realización. Acaso, premura-chapucería se aliaron para dejar “ciega a la luz” pública los tesoros documentales y musicales de unos de los más importantes compositores de todos los tiempos. Esas constituyen paradojas de nuestra época. El corre-corre y la incompetencia profesional deja sus huellas, y luego se convierten en grietas que nadie, por "arte de magia" o voluntad, podrá contener sin la revisión minuciosa del porqué ocurren esos sucesos previsibles. 


Por Luis Machado Ordetx


Las festividades que cerrarán el medio milenio de San Juan de los Remedios, en Villa Clara, están por llegar. No obstante, muchos piensan que el jolgorio popular del 24 de junio, día de San Juan Bautista, Patrono, reclama que con mayor estridencia resuenen los acordes de la «Fanfarria para despertar espíritus apolillados», la irónica composición de García Caturla.


Razón no falta en el pensamiento de muchos coterráneos. En lo espiritual, el músico asesinado en 1940, pugna todavía contra la modorra, cierta actitud institucional que limita una mayor difusión de toda la proyección vanguardista y cubana que forjó, desde un ambiente “quijotesco”, para la historia de la humanidad.


El artista, uno de los cubanos más universales en la creación musical, la inventó esas sonoridades, y las llevó al pentagrama, con el anhelo de “sacudir cualquier tradicionalismo” imperante en sitios poco cosmopolitas del país. De igual modo lo hicieron Amadeo Roldán y José Ardévol a principios de los años 30 del pasado siglo. Buscaron desde lo propio torcerle el cuello a la mojigatería burocrática y de apacibles auditorios.


Eran una alerta. Funcionaron como “grito” de rebeldía contra la inercia institucional y artística. Ahora, por supuesto, desearíamos escucharlas nuevamente por plazas y parques que vieron desandar al  coterráneo e ilustre creador de San Juan de los Remedios, la Octava Villa de Cuba que llega a los 501 años de existencia.


Hay razones que todavía persisten y están relacionadas con el juez-compositor: una pereza apagó durante los últimos 20 meses las habituales labores públicas y culturales del Museo-Casa, sitio que durante dos décadas atestiguó sus desvelos irreverentes en la abogacía y las artes. Allí existen valiosas colecciones de documentos y objetos de su acontecer musical, o profesional, y otros relacionados con la historia de  creadores de ese territorio, uno de los más prolíferos en el ámbito cultural de la región central.


El San Juan Bautista se instituye en el más original momento para las fanfarrias. Será necesario que retumben los silbatos, campanas, tambores y timbres diversos frente a la desidia que durante mucho tiempo desatendió las reparaciones constructivas en paredes y cubiertas sujetas a filtraciones de lluvias.


Las insuficiencias técnicas en la edificación de un inmueble para el turismo foráneo, el hotel Camino del Príncipe, dañaron la cubierta  contigua. La apertura del hospedaje, en junio pasado, paralizó de manera indefinida la suerte del Museo-Casa Alejandro García Caturla, Patrimonio Nacional. Desde noviembre de 2014 el Consejo Técnico de esa institución desmontó todas las colecciones, y decretó la clausura para observaciones públicas de  extranjeros y residentes cubanos.


La Cultura local perdió un baluarte expositor, y su economía, obvio, se afectó. No reportaría ingresos monetarios por la entrada de visitantes ávidos de conocer riquezas espirituales y materiales referidas con el genial compositor y a otros creadores y agrupaciones de ese territorio.

 

                             REPARACIONES INTERMITENTES

 

Brigadas de constructores de Turismo en Villa Clara en tres ocasiones trataron de restañar las deficiencias iniciales. Eran los causantes de un “mal” que todavía no tienen una total terminación. Hicieron, incluso, hasta un simulacro de “bombardeo” de agua para probar la efectividad del trabajo.


Después de algunas intervenciones en la cubierta, y el  acondicionamiento en pinturas de paredes y hasta de adecuación de los baños sanitarios o de servicios de agua en esas habitaciones, reabrirá sus puertas el Museo-Casa. No se sabe cuándo, alertan los especialistas empeñados en conservar y socializar el patrimonio histórico que protegen.


Los gastos en la reparación del techo fueron a la cuenta del Turismo, inversionista que restringió las funciones de la institución de Cultura. Ese sector se responsabilizó con las adecuaciones interiores. Sin embargo, a pesar del tiempo que transcurrió, hay paredes muy húmedas que no permitirán en sus cercanías la ubicación de muebles o documentos y pertenencias personales del más universal de los remedianos.


Las dos salas que acaparan la atención de la infancia y labor artística de García Caturla no se abrirán durante un período prolongado. Aguardarán a que las paredes pierdan la transpiración acumulada por las lluvias y los estragos que dejaron los constructores del hotel, quienes ubicaron los dispositivos metálicos encima de la cubierta de tejas criollas que protege el techo del inmueble cultural.


Un mes atrás ejecutores de Turismo prometieron rehabilitar los cuadrantes del falso techo, un desprendimiento evidente debido a las filtraciones. Una inspección ocultar reciente demostró que la institución espera por esos elementos decorativos, y por las luminarias exigidas a Cultura, sector al cual pertenece.


El despacho que utilizó el juez-compositor durante parte del ejercicio profesional en su ciudad natal, no dispondrá de cuadros colgados en la pared. Con eso evitarán los deterioros que deja la saturación en paredes.


Todas esas dificultades forzaron a directivos del Museo-Casa Alejandro García Caturla a idear un programa para limitar la entrada a zonas expositoras específicas. En el caso de los extranjeros no se cobrará  el servicio de explicación dirigida o espontánea de los especialistas. Tampoco a los foráneos podrá colectarse por las fotografías que decidan tomar. El servicio será incompleto.


Eso, por supuesto, afectará la economía del sector al dejar de percibir ingresos que se revertirían en fondos para sustentar el mejoramiento constructivo de otros inmuebles del territorio. Por cierto, muy deteriorados. No se trata solo de cálculos monetarios. Están otros mayores: pérdida en la difusión de la riqueza de la Cultura cubana y el esplendor espiritual de quien concurre para apreciar los dignos valores universales de García Caturla y sus coterráneos.


De acuerdo con reportes más de 400 000 turistas extranjeros recorrieron en los primeros meses de año escenarios históricos, naturales y culturales de la central provincia de Villa Clara. En 2014, y lo que va del actual, ninguno traspasó el umbral del Museo-Casa de Remedios. Muchos mostraron su desencanto, y otros asombros al contemplar que allí, donde se reúnen los valores musicales y el  prestigio universal de García Caturla, las puertas estaban “vedadas”  por inusuales causas de marcada índole subjetiva.   


Nada. Después de 20 meses de espera una instalación Monumento Nacional, con objetos y documentos de probado rango patrimonial, reclama que los acordes estrepitosos de aquella fanfarria, la de García Caturla, resuenen nuevamente en el San Juan Bautista, recordación de aquel 1545 cuando la Octava Villa de Cuba dispuso de Ayuntamiento y su primer gobierno local.


Con ceremonias de profundas huellas histórico-culturales, será este 24 de junio un momento inigualable para animar a los «espíritus apolillados» que todavía dormitan en Remedios, tal como describió  el contexto musical del exigente García Caturla, y en su Museo-Casa queden restañadas todas las deudas que limitan la exhibición de un esplendor documental único e irrepetible.

 



«AULA DE POESÍA», ESCENARIO DEL DISFRUTE EN VILLA CLARA

«AULA DE POESÍA», ESCENARIO DEL DISFRUTE EN VILLA CLARA

En «Aula de Poesía», espacio de encuentro en el cual intervienen escritores cubanos que asisten a la Feria del Libro en Villa Clara, ocurre un diálogo inusual entre los hacedores de la palabra, sea en un género u otro, y estudiantes de la enseñanza medio-superior interesados en adentrarse en el universo de la Literatura. Especial para CubanosdeKilates.blogia.com, hay un acercamiento a la poética de Sergio García Zamora, Mildre Hernández Barrios y Lina de Feria, un instante singular de intercambio con los lectores cubanos.

Por Luis Pérez de Castro (Escritor cubano).

Reflexiones bajo la sombra del buen decir (I)

Durante la Feria Internacional del Libro y la Literatura del año 2004 me llamó la atención un libro titulado Autorretrato con abejas, publicado por Ediciones Sed de Belleza en el año 2003, pero lo que me dejó perplejo del libro fue la madeja de poemas que lo conformaban, todos con una construcción sólida y un manejo del lenguaje seductor. Fui directo a sus datos personales del autor y, con mayor estupefacción, comprobé que este constaba solo con diecisiete años, lo que me hizo exclamar: “¡Pero si es un muchacho!”.

Y confieso, aún no había tenido la posibilidad de conocer a ese muchacho que tanto me llamó la atención, hasta el último día de la feria y pude asistir a la presentación del libro; donde constaste, además, lo enigmático de su personalidad, y ya alejado de todo estupor, conocer al joven que con ese mismo lenguaje seductor seguía sorprendiendo no solo a los lectores, también a los críticos entendidos en la materia con títulos como Tiempo de siegas, El afilador de tijeras, Poda, El Valle de Acor, Pabellón de caza, entre otros, así como merecedor de innumerables premios, donde se destacan Poesía de Primavera, Mangle Rojo, Calendario, Digdora Alonso, Fundación de la Ciudad de Santa Clara y recientemente el Rubén Darío, en Nicaragua.

Obra con un hacer poético poco asible, la que nos sorprende y al mismo tiempo nos distancia; poética poco dada para permitir la construcción de un discurso sobre ella, siempre en los límites y marcando un límite. ¿Desde dónde entonces abordarla? ¿Cómo dejarnos acompañar por ella? En este caso, no es una decisión de óptica, visión o lectura, se trata más bien de escuchar, pues esta poesía ejerce sus poderes desde la orilla del oído más que de la vista, es decir, desde su música interior y el tiempo.

En él el poder de la poesía trasciende el orden de lo estético, aunque se mueve en sus propias aguas, siempre aspira a un más allá de la belleza. Tal vez sea ésta una de las verdades que se desprende de su obra y que es, al mismo tiempo, una vocación y una apuesta.

Y confieso, pasado algunos años aun sigo sorprendido por este muchacho que responde al nombre de Sergio García Zamora, no solo por su poética, también por su enigmática personalidad.

 Carta a una Diva (dos puntos) Mandar acuse de recibo (II)

Mildre Hernández Barrios escribe desde la mitología, la superstición y, en ocasiones, hasta lo arcaico forma parte de su poesía, percibiéndose, desde la lectura de su primer libro, Vuela una sombra, una gran tensión entre escritura, personajes ¿infantiles? y la vida cotidiana (esa vida cotidiana que bordea lo ridículo y se establece bajo los códigos de sus disímiles personajes que responden a rinocerontes, tojosas, ballenas, Bellas durmientes, soldaditos de plomos y héroes como Peter Pan) Y no puede ser de otra manera, porque la superstición es la poesía de las gentes enteramente sencillas y posee también algo de fascinación, de ahí deriva que su forma de ser, como despreocupada y a la deriva, encaje con facilidad en la literatura, sin encasillarla en géneros.

Pues para ella, y para mayor satisfacción para los que consumimos cuanto escribe, la literatura no es lo único poético, también la vida, las miradas del vecino más cercano repleta de interrogación, el diálogo abierto de un infante con su juguete favorito y hasta el rumiar del gato a orillas de sus pies es poesía.

Solo mediante el ensamblaje de lo cotidiano surge lo extraordinario y es así que, Mildre Hernández Barrios, logró construir su obra, como son, entre sus más de quince libros publicados, Cartas celestes, Despertar del viento, Cuentos para dormir a un elefante, ¿Y la reina dónde está?, Memorias de un sombrero, El próximo despertar, Es raro ser niña, En el otro espejo, Corazón verde tatuado, y por los cuales ha obtenido diferentes premios, destacándose entre ellos: Eliseo Diego, Pinos Nuevos, Abril, Sed de Belleza, La Rosa Blanca, Regino Botti, Hermanos Loynaz, la Edad de Oro y recientemente el Casa de las América. Libros, en su conjunto, con una gran cohesión y unidad de concepto, todo ello dado a través del empleo de un léxico frecuentemente implicado en leyendas trasmitidas por diferentes generaciones.

Una palabra clave para entender la estética de esta literatura es transparencia, esa transparencia que no es más que la plasmación misma de la ausencia, la huella, la sombra de aquella niñez que un día tuvimos y nos dijo adiós.

Después de conocer a Mildre Hernández Barrios y de hurgar en sus libros, descubro que la literatura nos es una utopía, que la utopía es algo que uno se imagina y aún no existe, no ha sucedido.

Otra forma de pernoctar en la palabra (III)

Hay una mujer que resurge del agua y de la vida como una espada inextinguible, quien enseña, además, que nuestra sentencia es saber que el día en que este juego sin fin con las palabras se termine habremos muerto.

Escribo sobre una mujer que reconoció el valor de las formas como continente de la revelación poética, por lo que no es casual que en su extensa obra, que abarca la poesía, la investigación y la crítica, se aprecie el ahondamiento en cierto misticismo. Despliega, además, una importante variedad de recursos que permiten la fragmentación del discurso, el cual expresa mediante su condición formal: lo caótico, lo enigmático y la (des)significación manifiesta a lo largo de su obra, compuesta por más de quince títulos, y en la que encontramos, entre otros, Casa que no existía, A mansalva de los años, El ojo milenario, El rostro equidistante y País sin abedules. Y siendo reconocida con los premios David de la Uneac, en varias ocasiones el Premio Nacional de la Crítica y la que está, para criterio de los lectores cubanos y extranjeros, apta con sus venas abiertas para recibir el Premio Nacional de Literatura.

La estabilidad de cuantas metáforas asume cuajan como un dibujo que va adquiriendo forma por los mismos personajes que hablan y se interrelacionan en un lugar en el tiempo, dándoles plena libertad para que los hechos discurran y acontezcan.

Digamos: obra en objeto individuado y obra en conjunto, para ser percibida desde la historia como inflexión implacable al menos en el momento en que se redacta, sin subterfugios.

El secreto de la poética de esta mujer radica en su capacidad para componer, para convertir en un cuerpo flexible, móvil y sin embargo, en ocasiones, rígidamente coherente, el contexto de la poesía. También en el uso de los ejes estructurales: el espacio y el tiempo que imponen, por sus libertades y delirios estilísticos, una armónica y secreta concisión al texto: la forma, la composición. Por lo que en su conjunto está repleta de espiritualidad, de la acción o el conocimiento particular del saber, ese saber que genera la infinita capacidad de esperar en el punto de máxima tensión donde crear es, para ella, repentinamente posible.

Me han pedido que escriba sobre una mujer y no me pude negar, y he aquí lo que acontece a diario en la vida de esa mujer que responde al nombre de Lina de Feria, pues para ella la escritura es, y será, un incesante baño de fantasmas.

DEL BÉISBOL, Y OTROS CUENTOS PARA NO DORMIR

DEL BÉISBOL, Y OTROS CUENTOS PARA NO DORMIR

Por Maily Estévez Pérez

(Tomado de http://www.vanguardia.cu/deporte/5834-del-beisbol-y-otros-cuentos-para-no-dormir).

 

El béisbol cubano ha llegado al punto donde las únicas notas que genera son de fugas, trifulcas y retiradas intempestivas. De entrevistas donde las glorias de antaño se desahogan en improperios y «verdades a medias» con el periodista de turno, y donde las glorias presentes, bueno, no están presentes.

El punto es que lo identitario se ha ido por el caño, pero no se fue solo, buena parte de los encargados de la limpieza de lo nuestro la han ensuciado más. La Serie Nacional, no solo no le importa a más de medio país, si no que se escuda en chanchullos y otros cuentos para mantenerse a flote. Y quienes manejan sus hilos prefieren callar, antes de esclarecer posturas o explicar decisiones. Y no es del todo culpa del Comisionado Nacional, Heriberto Suárez, a quien en un final le soltaron la bomba en las manos y no le dijeron cómo apagarla. La inocentada de Suárez fue suponer que no iba a explotar.

Pero suceden hechos y nadie con oficialidad (dígase con el puesto adecuado para dar respuestas) quiere poner el valiente. Como cuando Víctor Mesa incluyó en la pre-nómina de los Cocodrilos, al sancionado Demis Valdés y el entonces comisionado Higinio Vélez —que llegaba para la foto de rigor en Villa Clara— disponía no dar entrevistas a la prensa. O cuando el manager Alfonso Urquiola, destapó la caja de pandora, dio pelos y señales, puso el dedo en la llaga y lo más que despertó fue un «regaño» por mostrar el pecho, literalmente, a las balas.

Está el caso más mediático en lo que va de año en Cuba. Se le quedan en Dominicana, su principal estrella, el codiciado y también consentido por ellos, Yuliesky Gurriel, más el hermanito pequeño, y la Comisión Nacional, en la persona de nadie, ha dicho ni «esta boca es mía». ¿La directriz cuál fue? Reproducir la escueta nota, mal redactada. Lo único que han hecho respecto al béisbol en las últimas décadas es callar.

¿A qué le temen? ¿A perder los privilegios que tan lúcidamente denunció Urquiola en su entrevista? ¿Acaso los tantos compromisos que se acumulan por años en las direcciones nacionales no son ciertos? La opinión pública nacional es demasiado conocedora para presumir que el silencio es la respuesta más acertada. No obstante desde algunos medios hace años que se reclaman declaraciones atrevidas, que se aparten del discurso trillado y se acerquen más a la realidad que viven Cuba y sus deportistas. Y sin embargo, no se mueven.

La última, es la confesión de Víctor Mesa, actual DT de los Cocodrilos de Matanzas, de retirarse como manager en la Serie Nacional. A esta confesión le sumó el villaclareño una serie de razones, medios que sí, y medios que no. Casi de inmediato la Dirección Provincial del Béisbol en Pinar del Río, hizo circular la contraparte de la historia, calificando al manager de Matanzas en algo menos que falso. «Cualquier otro criterio, no se corresponde con la verdad», concluía la versión pinareña del «tira y encoge» en las afueras del Hotel Pinar.

Si Víctor Mesa dijo que «en Pinar terminé siendo multado por tener un problema con un muchacho que me insultó con lo peor que se le puede insultar a un hombre, y mi hijo fue atacado por un individuo». La Dirección Provincial le respondía con un: «Víctor (...) agredió físicamente, con golpes en el rostro, a dos estudiantes que pasaban en ese momento, y nada tenían que ver con lo sucedido (...) Quedó mostrado, mediante testigos presenciales, que el compañero Víctor Mesa agredió al joven de 18 años. En ningún momento su hijo Víctor Víctor fue agredido».

Finalmente un ente oficial da respuestas coherentes y deslinda responsables con claridad. Incluso, colegas pinareños, me confiesan que la demora de la nota —debió salir antes de las declaraciones de Mesa— sucedió porque no estaban todos los datos para redactarla, pero que la intención de la directiva beisbolera allá, era publicarla con premura.

No obstante, esta vez, y aunque parezca el monstruo de la laguna, no es Víctor Mesa. Hay que girar el debate hasta otro punto que no sea el «show man». Si se va o se queda es una decisión personal. Si lo acosan fuera y dentro de un estadio, criterios habrá de por qué. En una mirada rápida, quien le haya seguido el rastro al 32, desde que era el más común de los mortales, saben que no fue santo, ni es el más «oídos sordos» del béisbol cubano. Pero repito, otra vez la situación no debe quedarse entre «amantes» y «críticos» del 32. Entre el Lobo, y la Caperucita, entre el bueno y el malo.

Es muy cierto, que la pelota cubana es un reflejo de cómo anda la sociedad. A los estadios entran personas en elevado estado de embriaguez, e incluso se beben alcohol dentro. Se grita de todo, se ofende, se pasa el límite de lo permisible para cualquier oído humano. La alegría del juego se reemplaza por la rabia. Lo más común es que, en las gradas, alguna trifulca te arruine el día. Eso es fuera, dentro del terreno, igualmente sobran las palabrotas, y la guapería barata entre jugadores, manager o árbitros. Nadie se puede vestir de víctima en esta historia. Hasta los periodistas y comentaristas han sufrido la agresividad de estos hacedores de equipos, o figuras del pasatiempo nacional. Lamentablemente muchos colegas evitan denunciar estos sucesos como corresponde.

En los estadios cubanos hay poco que buscar, al menos en los que todavía funcionan como sede de un partido de béisbol, porque el Sandino de Villa Clara mantiene sus luces prendidas pero para espectáculos musicales. De hecho ha prendido más las luces para el show cultural que para el deportivo. Lo preocupante es que si no hay béisbol de calidad dentro de los estadios, qué se encuentra entonces. Pues además de docenas de fieles, lo que expuse anteriormente.

Lo mejor de la pelota cubana no está en Cuba, y va desde los jugadores hasta los técnicos. Aquí se han quedado los recuerdos y la rabia de lo que no está, de lo que «no me dan». También se quedaron algunos de esos tristes personajes que viven de su nombre y de sus bienes, a los que les aterran los cambios. El béisbol cubano se volvió chisme de pasillo, cotilleo de comadres y pasto para bravucones. Con razón las únicas notas que genera son de fugas, trifulcas y retiradas intempestivas. Ni un rayo de luz. ¿Quién nos salva?

 

 

TAMPA, OTRO ENCUENTRO CON CRÓNICAS DEL CARIBE

TAMPA, OTRO ENCUENTRO CON CRÓNICAS DEL CARIBE

Por Luis Machado Ordetx

Salas y Quiroga, el cónsul español, entusiasmado habló de aquel «ávido peñón en medio de los mares», convertida en 1856 en centro industrial, social y cultural por emigrados cubanos y puertorriqueños.

En lo fundamental, con asiento en lo que siete lustros anteriores dejó de ser las franjas orientales y occidentales de las entonces “Floridas” de la península ibérica, está Tampa y Cayo Hueso, un remanso de añoranzas cotidianas.

Ambos sitios en 1819 formaron parte de los Estados Unidos de Norteamérica, lugar en el cual hallaron abrigo muchos independentistas caribeños. José Martí, el más universal de todos los cubanos, predicó allí con la palabra ardiente para buscar solidaridad en su propósito transformador, de equilibrio del mundo, en nuestra realidad colonial y latinoamericana.

A Tampa —en extensión a Cayo Hueso—, con similitud en los otroras fomentos de vegueríos, arribó el periodista e investigador Jesús Díaz Loyola para presentar Crónicas del Caribe (Stella Maris, Barcelona, 2015), un compendio documental.

El texto aborda la personalidad de Manolín Álvarez Álvarez, emigrado que en Caibarién, al norte de la Isla, apreció también como en las tabaquerías lugareñas se sujetaba la laboriosidad de los torcedores de antaño. Con edificios, iglesias, muelles, o escuelas,  se fermentó —en uno u otro sitio— una parte de esa idiosincrasia que fundió al negro y el blanco de la nueva localidad: la apreciada por el Apóstol, y también por el asturiano.

Tampa, y por supuesto el Centro Asturiano donde trascurrió el miércoles un diálogo inmenso sobre un emigrado y su historia, dejó abierta ahora una lección que aborda cuando, allí en esa naciente urbe, antes española y luego norteamericana, arribaron las primeras dotaciones de tabaqueros cubanos en 1831, y decidieron por último, instalarse, como en casa propia, en la tabaquería de William H. Wall, devastada años después por un persistente fuego.

Es por analogía la historia de Álvarez Álvarez, relatada a partir de los testimonios que ofreció a Díaz Loyola sobre su establecimiento en Caibarién, territorio donde fundó emisoras de radio. En el nuevo acogimiento se erigió el español, sin quererlo o pretenderlo, en padre de un medio de comunicación que, junto a la prensa impresa —por el número de periódicos en circulación—, detalló el pináculo de una arquitectura social en las cuales se amalgamaron muchas nacionalidades.

Deslumbrado quedó Álvarez Álvarez cuando recién llegado a La Habana, y luego en Caibarién, apreció monumentales esculturas dedicadas a venerar a José Martí, el Héroe Nacional. Al admirarlo, supo y lo trasladó a toda la familia forjada en Cuba, que aquel hombre transitó por Tampa y Cayo Hueso para revivir la prédica independentista que inspiraba «con todos y para el bien de todos»  entre aquellos emigrados que, junto a José Dolores Poyo y Juan M. Reyes, aunaron en logias masónicas un espíritu propagandístico y recolector de fondos en la epopeya que anhelaba.

Tampa, y también el “Cayo” —Key West para los anglosajones—, fueron hervideros. Lo son ahora, y lo serán siempre porque allí vibra una parte insustituible del «alma cubana» de todos los tiempos. En la segunda se fundó en 1871 la Sociedad Ateneo, convertida luego en Club San Carlos, un paradigma en la irradiación de cultura e historia.

Así lo fue Caibarién, asiento de aplatanamiento de Álvarez Álvarez, un emigrado que escuchó de aquellas acciones que desplegaron en la Florida las patriotas Carolina Rodríguez  y María Escobar. Eran mujeres decimonónicas, cercanas al litroral cangrejero de Caibarién, quienes llevaron con el peculio personal y el verbo acariciador, un constante ardor en el impulso por la libertad y la fraternidad colectiva.

Años atrás cuando escribí «Fisgón de intermitencias», una aproximación a la radiante biografía que elaboró Díaz Loyola desde la perspectiva del periodismo y el testimonio, fue para Martí, también para el emigrado, aquel primer pensamiento que tuve en breves apuntes teóricos.

Dije entonces que «casi ido de España, con un tenue reconocimiento de su gente, de la cultura e historia de ese pueblo, y con el espíritu contenido del emigrado que bosqueja de lejos y también de cerca una filiación o una ensoñación por los recuerdos, llegó Martí a México en 1875, y en letra impresa expuso para la posteridad en la Revista Universal un fundamento   que corona cualquier pesquisa histórica, periodística; en fin informadora: “La verdad no se razona; se reconoce, se siente y se ama”». Una fuente para tener siempre en cercanía.

Todavía sostengo que “con esa pasión,  y no otra idea, hay en Jesús Díaz Loyola un juicioso redescubrimiento del hombre que porta historias, y por tanto atesora una memoria individual, al tiempo que sin desatarse de los rezagos sicológicos o vivenciales forjados allende a los mares, se inserta en otra idiosincrasia colectiva, y decide volcarla al papel impreso».

Eso, y no otra lectura, habrá que observar en Crónicas del Caribe, un libro regalo para los lectores gracias a la publicación que Stella Maris, de Barcelona, deja a todos los entusiastas que se acerquen a las apasionantes páginas impresas.

MODELAR LA PIEDRA EN CAIBARIÉN

MODELAR LA PIEDRA EN CAIBARIÉN

Del antológico «Cangrejo» de Gelabert, hasta las inusuales esculturas que aparecen en Caibarién, hay una ruta que valora las cualidades restauradoras y creativas de un artista autodidacta que propone restituir valores a las plazas públicas de la localidad y conservar los valores patrimoniales que atesoran algunas de sus edificaciones.

Por Luis Machado Ordetx

 

El oficio callejero de albañil llevó a Ángel Luis Díaz Cabezas (Papillo), al conocimiento exacto del corte y tratamiento de las piedras que utilizaba en trabajos menores para reparar, o levantar, edificaciones  de su natal Caibarién, lugar en el cual ahora se muestra como restaurador y escultor de futuro promisorio.

Algunas de las piezas  tienen esas trazas artísticas que un día comenzaron tras elaborar una zapatilla de bailarina, dedicada al anhelo paterno de contemplar a la hija cuando daba los primeros pasos por el ambiente familiar.

Hace años creció la pasión por labrar la piedra sin otra noción  que  hallar una fisonomía, un rostro y trasladar a la estructura volumétrica un concepto-idea que simbolizara un mensaje visual referido a aquellos acontecimientos que rodean al hombre, o al ambiente marino.

Con el afán de utilidad se enroló durante la restauración de las molduras de yeso del antiguo edificio de los Delgados, actual sede de la Uneac en Caibarién (Avenida 9 y calle 20), sitio donde aprendió a dominar algunas técnicas artísticas para reconstruir aspectos originales de esa joya de la arquitectura de la localidad.

De ahí surgió en Papillo   indagar en las posibilidades creativas que brinda la piedra bruta, y también hurgar en documentaciones históricas antes de comenzar cualquier proyecto  de reformar edificaciones patrimoniales, tal como ocurrió el pasado año en la Glorieta del Parque José Martí, en Remedios.

En breve dicen que ¿emprenderán similar obra en Caibarién?

—   «¡Sí!, trabajamos en un equipo que integra construcción, escultura, pintura y restauración. La Glorieta del Parque La Libertad, una de las más bellas de Cuba, está afectada en las estructuras de su bóveda del techo, y también perdió algunos decorados. Todo el entorno público de la plaza recibirá nuestra atención. La experiencia inicial que adquirimos en la casona de los Delgados, cuando apenas sabíamos trabajar la restauración y conservación de inmuebles patrimoniales, obligó a investigar en archivos, y contar con testimoniantes e informaciones documentales».

—    Aquel edificio ¿fue más complejo?

— «Estaba casi destruido. Ninguno tenía conocimientos de ese tipo de trabajo, y buscamos asesoramientos. Laboré un año y medio de forma voluntaria, gratuita, y disfruté cuando la casona de estilo ecléctico francés, terminada en 1923, fue rehabilitada. No representó una simple restauración. En la albañilería siempre hacía enchapes, pero tomé el gusto por los moldes de yeso, y creé estructuras y diseños de acuerdo con las características de los originales, o de aquellos pocos que estaban expuestos. Hice hasta columnas que carecían de funciones de cargas distributivas.   Significó un trabajo excelente de equipo».

Durante los tres últimos años el escultor empírico, el artista soñador que habita en los imaginarios simbólicos de Díaz Cabezas, diseña detalles para conceptualizar un discurso volumétrico en la piedra bruta, o en la madera, lo menos que ejecuta. Sin embargo, sus mayores preferencias están en la primera, de la cual muestra algunas de las piezas originales y no expuestas con anterioridad.

Con el cuyují-cuarzo, unos monolitos de diferentes texturas y durezas, traído de cayo Las Brujas, surgió una escultura monumental que, con la explicación del fotógrafo José Armando Ocampo, conocí que era del asombro y el agrado de los visitantes que recorren en Caibarién las áreas cercanas al Malecón de la ciudad.

                                UN ENTORNO DIFERENTE

Con «As de Piedra», Papillo y el artista de la plástica Yandry Garciandía transformaron en ambiente de la localidad, y legaron otra extensión recreativa al espacio público, concebido como símbolo de futuridad. Durante dos meses continuos el escultor y el pintor convirtieron el contexto costero a partir de tres piedras que trajeron de la cayería norte. Las moles, especie de calizas duras, tenían un peso de 28 toneladas, y luego de concluir el trabajo quedaron en 7 y media en forma de dados sobre dados. Están colocadas encima de un promontorio rocoso con vista al mar.

     — ¿Cuándo concluyeron la escultura?

—   «Hace más de dos años. Todavía no está inaugurada, y aunque representa una atracción de visitantes y personas de la comunidad, existen elementos originales que con el tiempo perdieron su encanto, como son la jardinería y el alumbrado público. Son cosas que ocurren y que en ocasiones afectan la concepción artística original. La escultura, como otras que elaboro en el plano individual, fue trabajada con herramientas caseras, entre las que incluyo escofinas de carpintería y cinceles inventados. Casi nunca empleo taladros, y mucho menos equipos electrónicos modernos. Es todo imaginería, invención, a partir de un boceto. No dispongo de taller, y esa es la razón por la cual en espacios abiertos hago esculturas monumentales, mientras en la casa las preparo en cualquier lugar con una de menor dimensión».

—   ¿Trabajas los rostros humanos?

—   «Ya no hago esos tipos de esculturas. Perfecciono las ideas para crear mayores volúmenes y lleven un mensaje, sean ambientales, o de meditación sobre la vida y la muerte. También hablan de la realidad cubana contemporánea, como la pirámide invertida, de coyuntura social, que vivimos en estos tiempos.  Así el estilo tiende a una perfección, al encuentro de aquello que deseo dimensionar en el contexto  alegórico del discurso expresivo».

En tanto cierra la conversación,  Papillo Díaz Cabezas repasa parte de sus piezas concluidas. También piensa ahora en el difícil proyecto que se avecina para restituir a la centenaria Glorieta del Parque La Libertad, y también sus inmediaciones de plaza pública, aquellos valores arquitectónicos y decorativos que de antaño la homologaron entre las más bellas y vistosas del país.  

SANTA CLARA EN TRAVESÍA CON LA HISTORIA

SANTA CLARA EN TRAVESÍA CON LA HISTORIA

Por Luis Machado Ordetx

 

                                            «que cada palabra lleve ala y color».

                                            José Martí, La Nación, Buenos Aires, 1887

 

Atrás quedaron caseríos, ciudades y guarniciones liberadas. Fue de ofensiva rápida, de relámpago, a partir del lunes 15 de diciembre, ocasión en la cual el Comandante Che Guevara eligió para cortar las comunicaciones entre Placetas y Fomento, y asediar Guinía de Miranda y Báez de acuerdo con la concepción de guerra desde la serranía central rumbo al llano.

 

Apenas la prensa plana y radial de la región se hizo eco de aquellos acontecimientos que trajeron enfrentamientos directos contra las fuerzas batistianas. Tampoco atestiguaron bombardeos frecuentes contra la población indefensa y las posiciones de los rebeldes. De la otra parte está la desolación y euforia con los signos de libertad que trazará un nuevo orden social que promete la Revolución en armas.

 

Los rotativos, con la prórroga de suspensión de las garantías constitucionales y censura impuesta por el régimen, proclaman en amplios titulares, de acuerdo con lo expuesto por el general Tabernilla, que    «No hay rebeldes en Pinar del Río ni en Las Villas», y con tres velitas alegóricas a la Navidad Cristiana pregonaron que se «ilumine la conciencia de todos en estos momentos sombríos y difíciles que vive el mundo […] asolado por guerras y rumores de guerras».

 

Cierta ironía escondían los mensajes por fin de año, mientras el cine-teatro Cloris, el más moderno en equipamientos tecnológicos de Santa Clara, anunció los estrenos exclusivos de «Imitación General», o «El general improvisado», una comedia bélica estrenada en agosto pasado por la Metro-Goldwyn-Meyer, y las actuaciones especiales de Glenn Ford y Red Buttons. Otro tanto hará con «El puente sobre el río Kwai», un filme más reciente y de aventuras que dirige David Lean.

 

Tal parecía que nada ocurría, cuando en realidad todos escuchaban  las detonaciones de cócteles Molotov, sirenas de carros patrulleros, y descargas de fusiles Garand y San Cristóbal, o vuelos rasantes de aviones de combate, y muertos que hacía desaparecer la soldadesca enemiga. En muchos lugares sucedían apagones reiterados, y la noche se convertía en calvario.

 

Nada reseñó la prensa de entonces. Casi la totalidad de las tropas del coronel Río Chaviano permanecían en el regimiento de Santa Clara, o en los cuarteles de otras localidades villareñas. El hostigamiento de la columna 8 «Ciro Redondo», dirigida por el Che como jefe máximo de las fuerzas rebeldes, y Camilo Cienfuegos, frente a la número 2 “Antonio Maceo», por el centro-sur y el norte, respectivamente, se abrían paso por Cabaiguán, Guayos, Falcón, Placetas, Manicaragua, así como Jatibonico o Yaguajay. Tenían el empeño de no dar tregua y cortar todas las comunicaciones terrestres al oriente del país.

 

El objetivo es llegar a Santa Clara en un frente que, por la Carretera Central, obstruya el tránsito y abarque más de 50 kilómetros en su trayecto a la capital provincial, bastión de las fortalezas militares de la dictadura. En la Nochebuena, comenzó el asedio a Remedios y Caibarién. No hay intervalo hasta que ocurra la redición de los hostiles batistianos que defienden el régimen anticonstitucional.

 

Un titular de última hora, en la edición matutina del periódico El Villareño, reiteró que Joaquín Casillas Lumpuy asumió el mando del Ejército en la guerra que se desata en Las Villas. Obvia, por supuesto cualquier información sujeta a los combates, y al paso arrollador de la arremetida rebelde. Alberto Río Chaviano es relevado de la potestad militar y se afirma que el general José Eleuterio Pedraza fue llamado a La Habana para ocupar direcciones de la Policía batistiana. Ambos tienen secuelas de gángsteres y asesinos a sueldo fijo.

 

El sábado 27 de diciembre, desde el Gran Hotel Las Tullerías, en Placetas, el Che traza la estrategia y la táctica guerrillera hacia el sitio definitivo: Santa Clara. Las horas para el combate son inminentes con sus rutas de acceso, por el este, se encuentran totalmente bloqueadas por la Carretera Central. El profesor y geógrafo Antonio Núñez Jiménez, a quien la prensa villaclareña lo presenta en pesquisas de yacimientos minerales en el Escambray, está incorporado a la columna rebelde, y contribuye a despejar la topografía de acceso a la capital provincial.

 

                                               MIL PALABRAS

 

Las gráficas históricas pesan por mil palabras escritas, según los axiomas del periodismo universal. El código visual recrea acontecimientos, y revela sucesos antológicos. Hay instantáneas notables de la efervescencia  guerrillera que, desde el Escambray, partió como foco hacia poblados circunscritos a la llanura villareña. Cámara en ristre Tirso Martínez Sánchez, luego de su recorrido por el rotativo habanero Avance, dejó huellas de aquellos relámpagos. También lo hizo Perfecto Romero Ramírez, luego de su incorporación guerrillera en tierras espirituanas, y su tránsito por Yaguajay, Santa Clara o el trayecto posterior a 1959 rumbo a la capital del país junto a las huestes de la Revolución.

 

De igual modo existen otros anónimos o conocidos fotógrafos cubanos que, en campaña de guerra, figuraron como corresponsales de una centella histórica sin parangón en la gesta emancipadora y contemporánea cubana. Una minuta suscrita por Orlando Herrería Mursulí, abogado y notario público, rememoró en los primero días de febrero de 1959 aquellos periplos  en los cuales el jurista y periodista José Oscar Barrero del Valle, junto a Felipe Fernández Roza, se internó en zonas de Güinía de Miranda, municipalidad de Fomento, y contactó con fuerzas del Directorio Revolucionario “13 de Marzo”, momento en el cual dialogaron con la jefatura de esa columna con el propósito de redactar un amplio reportaje clandestino de cuánto trascendía en el territorio serrano.

 

Un salvoconducto del entonces fallecido capitán Juan Martínez Ramírez los condujo hasta el comandante Faure Chomón Mediaville, y visitaron la tumba de Enrique Villegas Martínez, muerto en combate el 25 de enero, al tiempo que llegaron a Báez, apreciaron la toma de Manicaragua y los enfrentamientos guerrilleros contra efectivos militares ubicados del cuartel de Vigilancia de Caminos (Los Caballitos) y el “Miguel Jerónimo Gutiérrez”, Capitanía 31 de la Guardia Rural 31, o el Gobierno Provincia en Santa Clara.

 

Fernández Roza lleva colgada del cuello una cámara Kodac Retina III con la cual luego captará la población de la capital villareña convertida en hervidero tras el sonido de las sirenas de alarma, y el paso rasante de aviones B26, F47 y Sea Fury cuando bombardean a la población indefensa.

 

La estrategia de «cerco completo» del Che, a partir de decisiones y órdenes a los efectivos revolucionarios, entra en acción. El enemigo está posesionado en sus baluartes: el Regimiento No 3 “Leoncio Vidal”, la Estación de Policía, y el Gran Hotel, mientras un convoy militar blindado, con más de 300 soldados, se estaciona en la ciudad y no puede continuar la travesía rumbo al este debido al derribo, días antes, del puente de Falcón.

 

En Santa Clara, desde el 27 de diciembre cuando en Placetas el Che organizó las misiones conjuntas para el asedio definitivo a la ciudad, la desmoralización de las fuerzas de la tiranía sería definitoria. Luego de unas 94 horas de combate, el martes 30 cayó el cuartel de los Caballitos y el Gobierno Provincial. El Tren Blindado es descarrilado y lo toman por asalto.

 

 En Yaguajay todavía Camilo Cienfuegos trata de rendir al enemigo, mientras en Santiago de Cuba, Fidel Castro Ruz, el Jefe de la Revolución, está por entrar triunfante con su columna a esa ciudad oriental.

Las horas están contadas en Santa Clara, y se conmina al enemigo a la rendición, y las condicionantes impuestas por el Che para la entrega inminente de las armas son aceptadas. El nuevo año amanece con la liberad conquistada.

 

De esos instantes hay tres documentos imprescindibles. Son también testimonios gráficos del periodismo cubano en campaña. Uno, el acta notarial número 102 del viernes 10 de abril, suscrita por el abogado y notario público Dr. Agustín M. Anido Valdés, según declaraciones de Eduardo Rafael Ocaña Valdés, profesor de Educación Física, y jefe de la Brigada 17 de la Cruz Roja Cubana en la ciudad.

 

 Los restantes son imágenes captadas in situ por Orlando Marín Obregón durante el bloqueo aéreo a Santa Clara, y el freno y descarrilamiento al Tren Blindado. La última pertenece a Antonio Díaz de Villegas que, luego de la cruenta batalla, perpetuó para la historia en material fílmico de 8 milímetros los estragos de una guerra y una ciudad que trazó la ruta para inmortalizar la Revolución.

 

Luego vendrían el Boletín de Santa Clara (órgano oficial de la Junta Local de Contribuyentes y Vecinos), preparado en los primeros días de enero de 1959 por el periodista José Oscar Barrero del Valle con el concurso de  estudiantes y profesores de la Escuela Profesional de Periodismo y Artes Gráficas “Severo García Pérez”, así como las imágenes antológicas de Alfredo Naranjo. También están las recogidas por Sergio Piñeiro en Prensa Libre, o las captadas por el mítico folklorista Samuel Feijóo, y las que el fotógrafo norteamericano Burt Glinn, perpetuó con la entrada triunfal de Fidel a la ciudad, aquel día de Reyes Magos, instante definitorio que marcó un paso preciso de la historia.

 

 

 


POR LA CULTURA CUBANA

POR LA CULTURA CUBANA

La tertulia “La Voz del Otro”, un encuentro entre periodistas y escritores villaclareños, con sede en la Casa de la Prensa, en Santa Clara, arriba este 20 de Octubre, Día de la Cultura Nacional, a su primera década de existencia. Es auspiciada por el Centro Provincial del Libro y la Literatura, y aborda temas teóricos —en discusión y debate— referidos a los polémicos aspectos y la manera de reconstruir, desde la objetividad o la ficción, la realidad social y cultural por medio de la escritura.

 

Omar Martín Arboláez (1)

 

Mucho de la tenacidad y el trabajo, dedicado y minucioso del periodista e investigador villaclareño Luis Machado Ordetx, se ha transmitido a su peña La Voz del Otro, que el próximo 20 de octubre cumple su primera década de fundada, en su sede habitual, la Casa de la UPEC en Villa Clara, la central provincia cubana.

 

En esta ocasión el encuentro reunió a los poetas Pedro Llanes, una de las voces prominentes de la lírica cubana, y Luis Pérez de Castro, en un debate que focalizó la situación de la cultura cubana actual y sus desafíos, en medio de la vigente pérdida de valores y la crisis de la lectura provocada por el facilismo y el exceso de información de las tecnologías contemporáneas, señaló Machado Ordetx.

 

Llanes Delgado, autor de Diario del Ángel, Premio de la Crítica Literaria, y autor de importantes poemarios, narraciones y ensayos sobre la realidad nacional, hizo referencias a su visión teleológica sobre la Cultura Cubana, propia de los conceptos que abrigó el Grupo de Orígenes, sin soslayar las dimensiones que ofreció Fernando Ortiz a ese universo insular en el cual comulgan, desde su fundación, migraciones de diferentes partes del mundo, unas impuestas por la esclavitud y otras por voluntad individual, hasta cimentar el universo propio de lo caribeño.

 

En este sentido, la resonancia de Ernesto Guevara en una ciudad como Santa Clara no pudo pasar desapercibida por Pérez de Castro, quien ha dedicado parte de su producción escrita al Guerrillero Heroico. El poeta abogó por la salvaguarda de la impronta del Che en la cubanía, y el estudio profundo de su pensamiento económico y político. Es necesario retomar incluso su poética, compilar sus versos, sus cartas de amor, sus intervenciones, enfatizó.

 

De ahí que rescatar lo genuinamente humano del gigante argentino ocupara buena parte de la conversación entre los escritores convocados y la audiencia, entre los cuales se encontraban nombres como el de Aldo Isidrón del Valle, Premio Nacional de Periodismo José Martí. El debate fue propicio entonces para rememorar.

 

Precisamente para Machado Ordetx: «la idea de La Voz del Otro es potenciar el debate del público con las ideas teóricas que exponen nuestros invitados, interpelar a ese otro que no tiene voz para que dé su testimonio». Este ha sido el propósito manifiesto de un proyecto que durante diez años ha sabido mantenerse como único de su tipo en el país, en tanto espacio para la comunicación de las experiencias teóricas y prácticas de escritores y periodistas en busca de una superación cultural, «sin segmentaciones profesionales, y desde la pluralidad de criterios y el diálogo», remarcó.

 

Entre poemas leídos e intensas reflexiones, La Voz del Otro demuestra una vez más su capacidad para favorecer el encuentro con la cultura nacional, al ser un espacio de confrontación de nociones y experiencias, en un contexto donde otros proyectos similares han sido abandonados por sus propios creadores.

 

(1)- http://www.vanguardia.cu/cultura/5005-la-voz-del-otro-por-la-cultura-cubana

 

 

10 DE OCTUBRE, DÍA GLORIOSO DE LA PATRIA

10 DE OCTUBRE, DÍA GLORIOSO DE LA PATRIA

Por Luis Machado Ordetx

 

Durante la velada conmemorativa de los Cien Años de Lucha, el 10 de Octubre de 1968, en La Demajagua, Manzanillo, el Fidel Castro, recordó que esa fecha, un siglo atrás, constituyó el «comienzo de la revolución en Cuba, porque en Cuba solo ha habido una revolución: la que comenzó Carlos Manuel de Céspedes».

 

También esa fue la idea expuesta por Martí para festejar la fecha, «como se debe, todos juntos», dijo en 1887, cuando los emigrados en Estados Unidos, al igual que en otras partes, «tenían rendida una esperanza que no muere jamás»: la libertad.

 

Hoy es 10 de Octubre, fecha gloriosa, cuando al grito de independencia y libertad de la Patria, a la cual se incluyeron dotaciones de esclavos y soldados de diferentes partes del mundo, fueron primero los orientales en derramar su sangre por independizar a la Isla de la opresión colonial española.

 

Esa evocación, como antes indicó Martí, representó un encuentro espontáneo, en el cual el «instinto popular, que no necesita de consejeros y guías, presiente acaso que pueden volver días de mayores deberes», una representación que después retomó el Líder Histórico de la Revolución, cuando al paso de un siglo repasó los sucesos en La Demajagua, sitio del ingenio propiedad de Céspedes, el líder político-militar que encabezó la lucha armada como única vía de alcanzar la emancipación nacional.

 

Céspedes, abogado de vasta cultura, y con 49 años de edad, cuando estudiaba en la Universidad Literaria de Cervera, en Barcelona, intervino en milicias ciudadanas y demostró un pensamiento liberal contra la autocracia del general Espartero, sustento teórico-militar que llevó a las maniguas orientales durante  el movimiento revolucionario y antiesclavista que demostró las serias contradicciones contra la metrópoli española y sus formas despóticas de gobierno.

 

En Cuba ya no eran posibles ningún tipo de reformas políticas o económicas. Quedaba un camino: la independencia por el sendero de las armas tras un corto proceso conspirativo en la región oriental que luego se extendió hacia Camagüey, o el centro del país.

 

En reunión del 6 de octubre, en la finca “El Rosario”, Céspedes es elegido jefe del levantamiento revolucionario, y tratan de tomar el poblado de Yara, pero fracasan en el intento. Días después, se apoderan de la ciudad de Bayamo, y la insurrección se extiende al Valle del Cauto, Santa Rita, Las Tunas, Baire y…

 

El 4 de noviembre la llamarada independentista llegó a Las Clavellinas, en Camagüey, y el 6 de febrero de 1869 se suman los villaclareños en un proyecto independentista que no pactó con formulaciones reformistas, anexionistas o autonomistas.

 

Martí precisó que “de Céspedes el ímpetu y de Agramonte la virtud”, como inmortalizando aquellos grandes hombres que, junto a otros patriotas, contribuyeron, aún desprovistos de armas y estrategias militares, a prender los pensamientos independentistas, como fin rápido y urgente, en nuestra Patria.

 

Al paso de 10 años de lucha surgieron muchos obstáculos durante la insurrección armada, entre los que sobresalió el mando único, y el regionalismo de los jefes insurrectos, o la desorganización de las ayudas externas con avituallamientos y soldados, y hasta la negativa a no eliminar el flagelo de la esclavitud en el Occidente, o la “conspiración” engañosa de administraciones norteamericanas para abortar la revolución.

 

Sin embargo, desde el inicio de la contienda bélica, y después de la toma, incendio y retirada de Bayamo, Céspedes, como jefe máximo de las fuerzas revolucionarias, aceptó en Guáimaro, en abril de 1869, la Constitución de la República en Armas y la existencia  de un gobierno republicano que lo nombró su Presidente.

 

 Entonces brotó el despliegue de un pueblo nuevo, irredento, que tuvo al Ejército Libertador, como baluarte de la unión de todos los cubanos.

 

Con Céspedes y del Castillo, como guía de la Revolución, nacería nuestro himno nacional y bandera de estrella solitaria, y también la prensa periódica en la manigua —El Cubano Libre—, paladín de la información al servicio de la verdad y de la Patria.

 

Al bayamés la muerte lo sorprendió en San Lorenzo, en desigual combate el 27 de febrero de 1874, pero ya su convicción patriótica había calado en todo el país junto a la «Santa  bandera de antes», como apuntó Martí, continuador de aquel pensamiento independentista en el cual era vital articular a todos por un magnífico pensamiento común: la independencia nacional.

 

Después de 1878, con el Pacto del Zanjón, y las posteriores Protestas de  Baraguá (Maceo) y del Jarao (Ramón Leocadio Bonachea), y hasta 1895, recordó Fidel en aquel discurso por el Centenario de los Cien Años de Lucha, las «banderas revolucionarias no fueron abandonadas, las tesis radicales no fueron olvidadas. Sobre aquella tradición creada por el pueblo de Cuba, sobre aquella conciencia engendrada en el heroísmo y en la lucha de diez años, comenzó a brotar el nuevo y aún más radical y avanzado pensamiento revolucionario». 

 

Ese es el principio que continúa en nuestros días. Es una historia ininterrumpida en un pabellón de soberanía nacional, y que tuvo su paladín al cubano de siempre: José Martí.