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CULTURA Y SOCIEDAD CONTRA TODA CARICATURA

CULTURA Y SOCIEDAD CONTRA TODA CARICATURA  

Por Luis Machado Ordetx

 

Durante noviembre y diciembre, escritores y artistas villaclareños se sumaron a fuertes discusiones en torno a contrariedades cruciales de la vida interna de la UNEAC, abocada el próximo 9 de enero al cónclave territorial, y a los análisis de aquellos aspectos institucionales y de la sociedad que repercuten de manera positiva o negativa en el sostenimiento de nuestra identidad cultural y la forma de ser o expresarnos con autodeterminación, como cubanos inmersos en la apropiación de una espiritualidad única.

 

No hubo quejas o reclamos materiales, detalló en ediciones anteriores Vanguardia, al reseñar los debates suscitados en las 8 comisiones de trabajo -Cultura y Turismo, Economía de la Cultura, Política cultural en los medios masivos, Relaciones con los jóvenes artistas, Trabajo cultural comunitario, Cultura y Sociedad, y Ciudad, Cultura y Arquitectura-, y tampoco se desataron peticiones de ese tipo en las reuniones de sus cinco filiales integradas por 319 miembros.

 

Cada cual expresó su parecer; incluso organismos con incidencias en los pronunciamientos tuvieron receptividad ante honestos señalamientos sustentados allí para afianzar los destinos inalterables de la sociedad civil cubana.

 

Tal como el año cierra, y ante las expectativas que abre el próximo con la realización, a mediados del primer semestre, del Congreso que aunará a la intelectualidad de todo el país en el trazado de rumbos y estrategias que impulsen la defensa de la labor reflexiva y crítica que demanda la Cultura, nuestro semanario intercambió pareceres con Antonio Alberto Pérez Santos, presidente de la UNEAC en Villa Clara, y tomó el pulso de los principales acontecimientos que trascenderán en lo adelante.

 

Del diálogo se desprende la pregunta: ¿cuáles son los principales aspectos que llevará la discusión de enero a la asamblea?

 

- La batalla del Congreso está ganada, y las cuestiones abordadas, mostraron hondura; digamos profundidad de análisis de la sociedad y aspectos del sistema institucional de la Cultura, y los artistas y escritores convergieron que a los documentos fuera ese  espíritu.

«Ese es un reto, y el otro  que el encuentro no sea una caricatura de lo que ya se dijo; que tenga idéntico nivel de examen y transparencia; y en esencia el sistema institucional de la Cultura y de Gobierno, permanentes en los debates,  salieron fortalecidos, y se habló de renovación, lo que ayuda a unos y a otros, en particular a la sociedad cubana

 

Sin embargo, aspectos económicos y sociales no estuvieron ausentes de la mirada crítica de la intelectualidad villaclareña. ¿Cómo ayudan ustedes a resolver los problemas?

 

-Los debates fueron duros, sin hipercriticismos, y todo se expuso con mucha claridad, como se observó en aspectos dirigidos a Educación, la dirección de la UJC, la Brigada José Martí de Instructores de Arte, y todos sintieron una motivación fuerte, de receptividad y comprensión, para encausar  entre todos los problemas de la sociedad. Eso ayudó mucho a  los que intervinieron en las sesiones.

«Los aspectos debatidos tienen que convertirse en programas de trabajo, y de alguna manera de asesoría para el buen Gobierno; y la misión fundamental de los intelectuales -y de la UNEAC-, específicamente, en este momento, es ayudar a la dirección de la Revolución a hallar rumbos, a verlos y en orientar nuestra actividad hacia  la sociedad y la cultura en general. Esa es la misión que tenemos nosotros o que tienen los artistas: enviar direcciones y estructurar  un sistema de trabajo a partir de la intervención del Partido y el Gobierno, con el propósito de evaluar en qué hemos avanzado a partir de estos rumbos y direcciones brindadas por los artistas y escritores.

 

«Se ha hablado, y algunas personas comentan, la necesidad de refundar la UNEAC. Eso es un error, porque la organización solo está necesitada de renovación. No es menos cierto que su vida interna sufrió traumatismos en los últimos años; diez sin realizar un Congreso, y eso constituye un trauma para una organización donde el pensamiento y la circulación de ideas son tan importantes.

 

«Representa diez años sin que se produzca el cónclave fundamental donde se debaten y se trazan las políticas y las estrategias de combate y de trabajo de una organización; es demasiado tiempo, y la UNEAC requiere  reformular su incidencia en la sociedad, pero no refundarse.

 

«Habría, si hablamos en este sentido, de refundar todo el sistema de instituciones de la sociedad cubana, y la UNEAC, como el resto de ese sistema institucional de la sociedad cubana, necesita su renovación y cambios que la hagan más revolucionaria y que la hagan más práctica en la vida actual, en la coyuntura internacional y propia del país de hoy

 

A partir del Congreso será decisiva la mayor intervención de la intelectualidad en la vida social. No quedará un área o una esfera en la que dejen de participar.

 

-Sí, es cierto. La organización siempre ha ayudado en el terreno de la sociedad a encontrar vías para enfrentar dificultades. Desde el Congreso pasado, en 1998, la dirección de la Revolución iba madurando cuestiones referidas a la marginalidad, el racismo, la discriminación por géneros, y el cónclave fue determinante en la solución de problemas; pero luego la vida interna de la UNEAC se fue desarticulando y por supuesto no formó parte de una manera activa y evidente de los cambios y proceso que orientó y encaminó el país. El reto fundamental es formar parte activa de esos cambios y procesos

 

En el sentir de Pérez Santos, y de toda la intelectualidad cubana, cotejo precisamente, lo dicho por Fidel en aquellos tiempos difíciles de 1993: «Lo primero que hay que salvar es la Cultura», razón de ser de nuestra existencia como pueblo, y de una soberanía inalterable que, paso a paso, tiende al mejoramiento de todas sus esencias legadas por los antepasados y afirmadas en el presente.   

 

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