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CONCLUSO PARA SENTENCIA, UNA MANERA NUEVA DE TESTIFICAR

CONCLUSO PARA SENTENCIA, UNA MANERA NUEVA DE TESTIFICAR

Por Arístides Vega Chapú (Escritor residente en Cuba)

Texto elaborado para el sitio  http://www.cubaliteraria.com, a partir de la presentación de Iliana Aguila Castillo en «La Hora de la Verdad», espacio que conduce el poeta, narrador y ensayista Arístides Vega Chapú en el Café Literario de Santa Clara, enero de 2010


          La salida de un nuevo título para cualquier editorial, pequeña o grande, territorial o nacional,  supone un cumplimiento, una alegría, el término de una etapa y sobre todo  la consumación de múltiples esfuerzos.

          Sobre todo en las editoriales de este convulso tiempo en que las crisis económicas han encarecido un producto tan necesario como el libro, al punto de sentirse dichosas las que aún pueden continuar publicándolos.

          Cuánto entonces no significará para un autor, sobre todo para los que publican por primera vez y con ello se convierten en éditos.

          Estas agradables y memorables experiencias las está viviendo por estos días Iliana Águila Castillo, una santaclareña nacida en 1956, graduada de Filología de la Universidad Central de Las Villas, que presentará en esta edición Internacional de la Feria del Libro su primer poemario salido bajo el sello editorial Capiro.

          Concluso para sentencia, Editorial Capiro, 2009, es el testimonio acumulativo de su autora de vivencias muy cercanas, por lo que todas las historias que cuenta aquí están fijadas con la pasión con que uno describe los sucesos más íntimos, más trascendentales: Quien ahora atraviesa este paraje/ se convierte en legítima. (pp12)

          La lejanía de una única hija y lo que esto ha significado en su vida, es el suceso que ha provocado no solo la escritura, sino las serias y profundas reflexiones que su autora se permite hacer a través de la escritura poética.

          Los poemas surgen a partir de un último encuentro con la hija, en el lejano país en el que ahora reside. A partir de ese suceso Ileana Águila Castillo,  decide cuestionar todo cuanto aparece de nuevo en su vida; la lejanía, los nuevos códigos que una cultura desconocida y muy distante le imponen, los nuevos ritmos y rigores, las sensaciones diversas y complejas que siente bajo un cielo y clima tan diferentes: Rompe una ola nevada sobre oscuros arrecifes… pp45

          Todas estas nuevas experiencias la conducen a una revisión interna de quién ha sido hasta ese momento, qué ha intentado ser, qué ha logrado ser: Alas tengo, / puedo volar sobre el olor a tierra/ cuando cae la llovizna. (pp17)   
 
          Ese capitanear sus propias experiencias, hacen de sus  historias sólidos y sinceros  recuentos en que lo humano trasciende por encima de todo.

          La poetisa no teme ante ninguna revelación, no teme sacar a flote, ni hablar en alta voz lo que le parece importante compartir de su experiencia vivencial.

          Reflexivos, agudos, pero también tiernos son estos textos que sobre todo buscan comunicar sensaciones: Cuántas veces te sentaste en este trono/ a sacar los demonios de tu cuerpo. Cuántas veces miraste por esa ventana/ sin poder alcanzar el horizonte. (pp43)

          Tras la aparente necesidad de describir paisajes, rostros, instantes, no hay otra intención que sacar a flote cuanto sentimiento acude a esta recapitulación de vida de una mujer que se ha dispuesto a compartir cuanto de trascendente le ha sucedido a su paso – ¿real o ficcionado? – por la vida.

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