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REMEDIOS TIENE UNA PALABRA DE ALERTA

REMEDIOS TIENE UNA PALABRA DE ALERTA

Por Luis Machado Ordetx

 

El imaginario popular, en ocasiones, trastoca los nombres de las calles de sus respectivos parajes, y unas veces, deciden llamarla a la antigua, y otras por los apelativos de la modernidad, lo cual provoca desde la incertidumbre de un cartero de barrio, hasta la del sencillo transeúnte. Tal indecisión  también perjudica la verdadera historia de un lugar particular.

 

En Santa Clara, ahora en su aniversario 326 de fundada por la diáspora de espíritu económico-social de familias remediadas que, el 15 de julio de 1689, tomaron camino de tierra-adentro, y decidieron crear una localidad para el fomento agropecuario, principalmente ganadero, constituye uno de los paradigmas  más notables en las mutaciones que titulan a sus principales vías.

 

Una de las más notorias de aquellas antiguas rutas fue la conocida por “Soledad”, tránsito hacia los caminos reales a La Habana, hacia el oeste, y a San Juan de los Remedios, en el punto contrario. La señalaron  también “Del Puente”, y después “Santa Elena”, hasta finales de 1894, en que la apellidaron “Antonio Maura”, para enaltecer al ministro español defensor de colonialismo en Cuba y Puerto Rico.

 

Al concluir la guerra necesaria organizada por Martí, y antes de la instauración de la República de 1902, se designó “Independencia”, única calle que, de este a oeste, recorría toda la ciudad y que luego de 1989, con el paseo público que se asemeja en el ámbito urbanístico —sin sus antológicas particularidades—, a un boulevard, dejó trunco en un tramo comercial al tránsito de vehículos.

 

Aquel viejo camino a San Juan de los Remedios, en las proximidades del puente sobre el río del Monte (Cubanicay), guardó por años la leyenda de la Cruz, lugar al cual llegaron las familias remedianas para formar la Villa Nueva de Santa Clara, sitio donde encontraron en medio de la tupida floresta un misterioso “emblema” cristiano hecho en madera rústica.

 

Allí está el Paso de la Cruz. El símbolo religioso, esculpido en mármol, a instancias de Martín Camps y Oliver, se colocó el  3 de mayo de 1861 a orillas del río, momento que perpetúa la historia de aquel tortuoso tránsito poblacional.

 

Destino al este, la carretera aparece como “de Camajuaní”, así como más reciente, “Avenida de la Liberación”, por ocurrir allí el descarrilamiento del Tren Blindado por tropas combinadas del Directorio Revolucionario 13 de Marzo y la columna número 8 “Ciro Redondo”, comandadas por el Che Guevara.

 

En planos oficiales de Santa Clara, anteriores a 1959, incluso después, se inscribe como “Avenida Rafael Trejo”, mártir estudiantil de 1930. Incluso se recoge, indistintamente, como “Avenida Eutimio Falla Bonet” —según reza una placa—, y se desconocen la fecha y acuerdos tomados por el Gobierno municipal para tales designaciones. En el segundo de los casos parece que fue en 1954 cuando el acaudalado millonario lo declararon “Ciudadano Benemérito” de la ciudad por sus aportes benéficos en la liga contra el cáncer e instituciones docentes.

 

Más olvidado por la historiografía de Santa Clara lo constituye el momento que, desde el Puente de la Cruz hasta el actual centro docente Pedro María Rodríguez —cercano a la Universidad Central Marta Abreu de Las Villas—, la carretera se apodó “Avenida de San Juan de los Remedios”, título aprobado por el Gobierno Municipal durante la celebración del aniversario 246 del nacimiento del asentamiento poblacional, según refrenda el periódico El Faro, en la edición del lunes 22 de julio de 1935.

 

Ese, según nuestro juicio, debió ser siempre el verdadero apelativo de la arteria vial, tránsito obligatorio al original camino al Cayo de la Sabana, Octava Villa de Cuba, y estableció, según resalta la prensa, el primer encuentro oficial entre direcciones políticas, económicas y el pueblo remediano en la efeméride que perpetúan el surgimiento de Santa Clara.

 

Ese momento quedó cortado después de 1959, y en el aniversario 300 de Santa Clara, fue retomado hasta la actualidad. De acuerdo con el titular del rotativo, se consigna: «En Santa Clara se celebró la fiesta-aniversario de su fundación por los remedianos, titulando a una avenida con el nombre de “Av. De San Juan de los Remedios”», hecho que dejó un espíritu de cordialidad y apego hacia los aportes culturales que todavía perduran.

 

Apunta el periódico: «Hace un año el empleado de la Ad. Municipal de Santa Clara, señor Julio Yera, sugirió al Alcalde de esa Ciudad la idea de dar el nombre de alguna calle o avenida de aquella ciudad, como homenaje de recuerdo a la vieja ciudad progenitora, es decir a esta de Remedios que fundó a la de Santa Clara. El Alcalde dio calor a la idea, dictando al efecto un decreto, cuyo cumplimiento se efectuó este día 15 de Julio, colocando a las 8 de la mañana de ese día, una tarja al principio de la calle Independencia, es decir, del tramo de carretera que comienza en la Granja-Escuela y termina ideológicamente en los comienzos de la citada calle de Independencia» (Sic).1 

 

También los visitantes fueron a la “Loma del Carmen”, y rindieron tributo al lugar donde se verificó el primer “Santo Sacrificio de la Misa”, al pie del legendario tamarindo, árbol simbólico de   Santa Clara.

 

 En el teatro La Caridad, el Doctor Almadovar, en nombre de los residentes en la Octava Villa,  abordó la historia de la “Familia, Religión y Hogar”, a propósito del lema que tuvo desde 1894 el antiguo escudo de Armas de la ciudad.

 

En principio, afirmaban que, con la designación de una calle, los de la Villa Nueva, herederos de   la Santa Cruz de la Sabana de San Juan de los Remedios del Cayo, según refrendó el blasón del cuartel superior del símbolo de Santa Clara, la ciudad y jurisdicción del centro cubano, siguieron en su consecución histórica y olvidaron una parte de la memoria documental que fijó el tiempo.

 

NOTA

1- «En Santa Clara se celebró la fiesta-aniversario de su fundación por los remedianos, titulando a una avenida con el nombre de “Av. De San Juan de los Remedios”», en El Faro, Remedios, 5(454):1, lunes 22 de julio de 1935.

 

 

 

 

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