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Una discrepancia agazapada

Una discrepancia agazapada

Por Luis Machado Ordetx

Respuesta al crítico de artes Roberto Ávalos Machado  

Desconciertan afirmaciones con escaso sustento argumental y teórico, que creen, como el «ombligo» del mundo, abrazar una conciencia crítica, a título personal, capaz de juzgar qué, cuándo, cómo y por qué publica la página Cultural de Vanguardia en relación con las Artes Plásticas.

 

Es lo que prende Roberto Avalos Machado, en su texto viajero, circulado  por correo electrónico a intelectuales villaclareños, en respuesta al comentario Kamikaze: la lectura del color, rubricado por este periodista.

 

Más allá de discrepancias sobre lo escrito en torno a la apreciación de la exposición del pintor Amilkar Chacón Iznaga, se afana el replicante en ponderar los reclamos de las asambleas de la UNEAC en la ausencia o presencia de los géneros de opinión, la confrontación y el diálogo en la prensa impresa villaclareña.

 

Utiliza como pretexto las ideas vertidas, para en el fondo, solapadamente,  cuestionar la labor del periodista y la política editorial. Al respecto, no precisaremos detalles, competen sólo a los que tienen que conocerlo.

 

Después de los congresos de los periodistas, escritores y artistas cubanos, allá en 1999, los Presidentes respectivos de esas organizaciones, rubricaron una Proyección de Trabajo Conjunto, muy vigente, donde se aclara que «[…] si de consolidar la cultura y la información se trata, exaltando los valores esenciales de la nación…», tengamos el pronunciamiento mutuo en la educación de ese conglomerado que llamamos pueblo.

 

Obviamente fue una convocatoria para sumar a los miembros de la UNEAC. Las  puertas  siempre estarán abiertas en este periodico, pero de allá a acá, ¿cuánto hizo Ávalos Machado, en el plano individual, para incluir aquí sus textos? Nada.

 

Aun así, le asiste el derecho a discreptar, como lo hace,  y hasta sugerir sus paradigmas, que no tienen como destinario el cesto, por elemental consideración.

 

Esos, bien vertidos servirían para un catálogo o un comentario  destinado, tal vez, a revistas especializadas, donde explaye sus puntos de vista teóricos.

 

En el catálogo Ud. da claves, suyas, muy suyas, para decodificarlas o rebatirlas. Son sus apreciaciones, no las mías. Tampoco olvide el sentido placentero que, a veces, aparece subrayado para quedar bien con Dios y con el Diablo.

 

Su audacia llegó al extremo de casi exigir una apoyatura para ilustrarme en la escritura. Créame, resultó provechoso releer ese texto, para usted muy intructivo, pero allí encontré inexatitudes en la comprensión del arte, en las que no se distingue sus cualidades miméticas.

 

El abstraccionismo no es nada nuevo. Representa una práctica artística desde principios del pasado siglo que, contextualizada, ejecuta la mímesis con válidas críticas al objetivismo corrosivo del capitalismo.

 

Ud. lo pasa por alto, cuando en realidad debería alentar lo verdadero, propiciar el gusto y educar a los creadores en el sitio donde se encuentra la razón, incluso la asimilación de una poética de lo popular.

 

La imagen artística es polisémica, y de su lectura se extraen definiciones informativas. ¿Acaso, como dice en el catálogo, el abstraccionismo de Chacón Iznaga tiene parentezco con el «[…] triunfo de la racionalidad»? Ambas no se compenetran en nada, y forman parte de las polémicas sustentadas por idealistas de las doctrinas del conocimiento y del ser.

 

El arte cubano, desde décadas atrás, está penetrado por la visión crítica e irónica de la realidad. Ese creador, que disculpe, no descubrió el agua fría.

 Como corriente plástica, es una subversión de la figuración. ¿Cómo exponer que «[…] es el esperanto de las imágenes, comprensibles para todos». Lo anterior constituye un desliz  filosófico.

Aseguro que leyó mal mi comentario, jamás ofensivo, y lo evaluó en similar jerarquía, al extremo de preocuparse por la demopedia (sentido de enseñanza y saber popular), al creerla un  ornamentum. Tengo la impresión que desconoce su origen.

 

¿Cuál es la imagen carente de poesía? ¿Dónde hay obras de arte «desfuncionalizadas» del sentido didáctico, ideológico, cognoscitivo y…? Lo ocupa, además,  la definición de idiotismo, hasta lo entrecomilla, dudoso de la existencia, cuando es un modismo peculiar de determinado lugar. ¿Los cubanos somos extraños y carecemos de idiotismos? No, están en cualquier lugar.

 

El arte en este país, ¿de dónde surge y hacia dónde va? Por muy elitista y aristocrático que sea, tiene raíces y valores populares, al marcar la relación del hombre con el mundo y el objeto que reside en el medio social y natural desarrollado.

 

¿Pinta Chacón Iznaga otra galaxia? ¿Difiere su abstraccionismo de lo elaborado por otros? ¿El arte no es un rito desde la historia de los pueblos primitivos? Son respuestas puntuales que trata de solapar. En lo hipertextual, ¿no están sus fotografías, además de una del Che, al estilo del Pop art, donde unen otras tendencias plásticas posteriores?

 

¿Dónde está su crítica especializada que juzgue «ese convento plástico», del parque Vidal? ¿Por qué lo menciona? Acaso, para ridiculizar.  ¿Qué derecho tiene al decir «un mínimo intercambio con el artista le hubiera esclarecido al crítico...»?  El periodista va a hechos puntuales cuando lo requiere, y en ese caso lo entendió innecesario.

 

Sobre el carmelita, ¿cómo explica el rostro del mamey, las semillas de linaza, del níspero, de la hoja de tabaco curado, y...? ¡Ah, con la combinación de colores primarios y la adición, a gusto, de cyan! Tontería pueril explicarla al lector. Entonces, existe.

 

¿Quién comenta sobre la neutralidad de los rojos y azules? Son, creo, conceptos sacados por Ud. de la teoría de Kandinsky relacionada con el lenguaje, y abordadas en De lo espiritual en el arte, Punto y línea sobre sobre el plano y Gramática de la creación.

 

Desconozco la definición de la categoría estética «linda». ¿Es propia de su acervo? Por eso pienso que tiene dones para inventar palabras no escritas por otros.

 

Las obras de pequeñas dimensiones, criterio que sostengo, son más acabadas, porque están despojada del apego hipertextual, del cromatismo excesivo, de la obsesión a la abstracción geométrica, y por supuesto de  las líneas totalitarias del Pop art y todas sus derivaciones.

 

Refiere que lo figurativo hace más explícito el discurso. ¿Discrimina la capacidad imaginativa del otro? Aristóteles aclaró que el contenido se reproduce en el público, capaz de captar una expresión emotiva, psicológica y una realidad específica.

 

¿Cree ser un canónigo de la crítica? Cualquiera en este país tiene suficiente instrucción para percibir lo que otros jamás aprecian.

 

¿Por qué, traído por los pelos, menciona   Conversación con..., de Marinello? ¿Quiere hacerle aportaciones a ese texto porque discurre sobre el abstraccionismo? Jamás lo puntualicé, pero concuerdo con ese teórico marxista-leninista, por una «[…] plástica en que se ofrezca la mayor medida de sus poderes.»

 

En otro plano: ¿entiende la teoría y la práctica del hacer periodístico? ¿La existencia de un lenguaje y estilo? Creo que no. ¿A qué ejercicio opinativo se refiere: «[…] la crítica no puede vivir ajena a los procesos que intenta describir...»?

 

Equivocada está su pulcritud de cierre en alguien que, al parecer, no tiene registros del ejercicio del criterio en las publicaciones culturales de Vanguardia. Tal vez a usted el periodismo aporte poco, pero intenta cuestionarlo.

 

Aquí, por política informativa y tradición de un diario al servicio de la Revolución, hay cabida, no ahora, siempre, para los intelectuales que tienen por misión servir al pueblo.

 

Jamás ha faltado en nuestras páginas la mención rápida, oportuna, crítica, creadora y alentadora sobre el acontecer cultural. Entonces, lo invito a colaborar. Vamos a continuar, con Ud. o sin Ud. el camino trazado por el Partido y la Revolución, para que, como dijo Martí «Que todos encuentren en el diario lo que necesitan saber [...], deseñando lo inútil y atendiendo siempre lo útil...».

 Diría más con Marinello, el crítico de hoy, precisamente el cubano en combate ideológico, tiene que ser al mismo tiempo, sabio y sensible, responsable y orientador. El hecho de tildarme de crítico suicida por la valoración a Kamikaze, quizás sea el reflejo de su pensamiento. No tengo otro comentario.

1 comentario

Osmaira -

Nos alegra ver cuánto ha mejorado tu blog