EL RINCONCITO DE LOS HEREJES
Por Yusnel Fleites Martínez
Aprovecho que aún el aire huele a trova para dedicar la primera sección del año a uno de los principales hacedores del género en la provincia, quien, entre tantísimos méritos, tiene el de haber procreado a una de las criaturas más bellas de Santa Clara, a pesar de ser él de los más...
Les decía que el hereje en cuestión posee un vasto currículo profesional -con el cual podría aspirar sin dudas a una tranquila jubilación-, aunque en realidad sus notas de leyenda no han sido precisamente musicales.
Con Alain Garrido Pérez se pudiera llenar varias ediciones de este periódico y todavía estaríamos caminando sobre la fina cuerda de la síntesis. Es más, me atrevería a asegurar que no existe trovador alguno que atesore mayor número de anécdotas sobre sí mismo -por lo general simpáticas-; las cuales, como ustedes supondrán, les toca siempre a otros contarlas.
Por ese motivo hablaremos del Alain público, del otrora guitarra líder del grupo de rock Krematorium -que a finales de la década del 80 llegó a aglutinar a casi una veintena de seguidores-; del tipo que años después, luego de reconocer que lo suyo era la trova, convence con esa voz de tesitura desgarrada y sus bellísimos textos.
El mismo que hace diez años no falta a un jueves menjunjero; el poseedor -sin ninguna discusión- de la nariz más sobresaliente en el mundillo trovadoresco cubano; el graduado de Educación Musical en el Instituto Superior Pedagógico «Félix Varela»; el amigo en cualquier circunstancia, el abstemio fundamentalista...
Bueno, y ya que te elogiado bastante, qué te parece si me prestas tu casa este fin de semana; prometo no dejar regueros.
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