
Por Luis Machado Ordetx
El cegador Mark David Chapman, a las 23:15 de la noche del lunes 8 de diciembre de 1980, truncó el esplendor artístico y antibelicista de John Winston Lennon -alias Dr Winston O'Boogie; Mel Torment o sencillamente The Reverend Fred Gherkin-, hombre-música, considerado como uno de los más geniales compositores e instrumentistas del siglo que feneció. Todo ocurrió cuando el fanático decidió emprenderla contra el ex-integrante The Beatles, quien desde la voz, la guitarra, el piano o la armónica, seguía de deslumbrador y estremecedor del mundo.
El magnicidio que proyectó y ejecutó Chapman, revolver en mano frente al edificio Dakota, coartó los aires vertiginosos de la vida, pero no el legado de una música y las decisiones hegemónicas de gobiernos imperiales, al estilo del norteamericano. Desde los días de los volúmenes Unfinished Music No 1: Two Virgins (1968), hasta Imagine (1971), Double Fantasy (1980) -con el resaltante tema «(Just like) starting over»-, y los póstumos discos Milk and Honey (1984) y Live in New York City (1986), Lennon dejaba atónitos a los seguidores, acontecimiento que involucró a artistas progresistas del mundo dispuestos a una toma de conciencia antibelicista.
Al amparo de esas influencias, y de otras que surgieron después, crecieron generaciones de jóvenes, y por supuesto vendrán otras, como las arropadas en trono a «La Peña de Los Beatles», un proyecto sui géneris que todos los primeros s&aac
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