
Por Luis Machado Ordetx
Desde que en los primeros estudios impresos (Revista Islas, número 45, mayo-agosto de 1973 en la UCLV), José Teófilo Gorrín Castellanos, dio a conocer el «Esbozo biográfico y artístico de la obra de Félix Pita Rodríguez», la pluma y la indagación histórico-literaria en asuntos que vinculan la Cultura cubana con la española, se soltaron para «hacer parir» libros que adquieren trascendencias.
Unas veces escondido como un ermitaño en su poblado en adopción, Miller, en las cercanías de Placetas, y otras en viajes familiares hacia las queridas Islas Canarias, convierten a Gorrín Castellanos un rebuscador incansable en aquellas «grietas» filológicas e históricas que, entre líneas, dejan algunas investigaciones contemporáneas. En unas hace precisiones, y en otras acota interrogantes que, a la postre, se convierten en atinadas observaciones no vistas o atendidas por otros estudiosos.
Gorrín Castellanos, ya con 18 libros publicados en editoriales foráneas, abre otras aristas al penetrar en la narrativa decimonónica, la antiesclavista, apresada por Cirilo Villaverde con su monumental Cecila Valdés, y las desenvolturas de los negros curros del Manglar, así como las revistaciones a Manuel Corona, el mítico trovador de Caibarién, hasta caer en un tema en derivación, las disquisiciones en tono a los Abakúas, y a veces incomprendido universo de comunicación y de infinita palabra.
Otras elucubraciones, más cercanas al contexto familiar, punzan en lo testimonial. Sin embargo, el ensayo,
... (... continúa)